en la única sala de ensayo apropiada para el género (la
de Luis Emilio) convocaban a los punkeros y metaleros
en torno a la búsqueda creativa. Pero crear iba más allá
de la música, tenía que ver primero con cómo hacer
instrumentos, hacer voces rasgadas y guturales, ante
una ciudad que empezaba a sospechar de los vestidos
de negro que se estaban tomando las calles.
‘Reencarnación’ tenía toda una escena por crear y
llenar. Con un ritmo de composición bastante fértil y la
música apareciendo desde muchos lados, empezarían
a grabar sus primeros trabajos. Entre 1987 y 1988
sacarían sus primeros tres trabajos grabados. Uno de
estos, llamado “888”, sería el primer disco de vinilo
de una banda de Metal en Colombia. Era un inicio de
banda soñado. El “888” daba vueltas por todo el planeta
y en menos de dos años estaban en boca de toda la
escena del Metal mundial.
Finales de los ochenta y lo que no buscaban los
desbordaba: fama. Conciertos en muchas tarimas de
la ciudad y el país. Colombia empezaba a dar cuenta
de un fenómeno grande. Víctor Gaviria con su película
Rodrigo D No Futuro -aunque desafortunada para
muchos de la escena por la imagen que representó de
los músicos- abría una idea al mundo. Medellín era
pionera de esto que en otras ciudades, como Bogotá o
Cali, tardaría más tiempo en llegar. Y no era sólo en el
Metal, el Punk ya contaba también con sus bandas y
sonidos particulares.
Pero para ‘Reencarnación’ el tema pasaba por crear
música. La composición, liderada por Piolín, venía del
oficio de escribir figuras en la guitarr