Ruido.pdf Oct. 2014 | Page 242

La inquietud por cantar, acompañado de instrumentos, ojalá una banda, llevó a uno de sus amigos a contarle que en otra iglesia tocaban un guitarrista y un baterista. A pesar de que la iglesia de Alexánder y Andrés era católica y la de David era cristiana, este empezó un tiempo a asistir a la iglesia de ellos sólo con el afán de crear la conexión musical. Con esta unión el grupo ya no sólo tenía una fuerte idea, sino que empezó a tener forma. Y empezaron sus apariciones en la ciudad desde el principio -consecuente con sus letras-, proponiéndose para eventos sociales como un concierto de beneficencia para varias familias sin hogar por el alud de tierra en La Gabriela (sector de Bello). Se han presentado en el festival SupportFest durante cinco años consecutivos y tres en el FaroFest, ambos eventos apoyados por comunidades cristianas. Igualmente, en la Fiesta de la Música 2011, Festival del Nuevo Tiempo de Redearte-5 y en el Castilla Festival Rock. Al principio también hicieron un demo, proceso que coincide con el video de la canción “Tiempo”. Todo, además de venta de camisetas, con sus propios recursos. Sin embargo comprobaron que las ventas no alcanzaban para recoger el dinero que los aproximara a los costos para su primer álbum. Fue entonces cuando empezaron a aprovechar las oportunidades institucionales y muy pronto -en el 2012- fueron ganadores de una beca en la categoría música (en el marco de Jóvenes por la Vida). Con la beca recibieron asesoría y talleres muy enfocados a presentarse en un escenario, construir una identidad y una marca en las redes, un proceso que también les dio luces para sacar su nuevo video y ser autocríticos en la búsqueda de una calidad profesional no sólo en el sonido, sino también en la imagen. Ha sido un camino donde han aprovechado unos públicos que se sentían identificados con su mensaje y aprovecharon espacios abiertos y apoyados por la Alcaldía, como los Corredores artísticos. También ha sido enfrentarse a la intolerancia que va desde personas que hacen una queja formal de que con recursos públicos se esté incluyendo en una tarima a un grupo con mensaje religioso, hasta los que son abiertamente hostiles y los han insultado cuando están en el escenario. Grupos de Metal, Rock, Punk y Ska con los que directa o indirectamente comparten escena sienten que la religión es una fuerza aliada al poder histórico para manipular, y sienten así lo religioso como algo tóxico. ‘Forgiven’ tiene razón al plantear el ejemplo de que el ‘Reggae’ tiene su propia religiosidad y que no es víctima de censura desde los mismos músicos. Uno podría decir además que cada grupo, aunque no tenga 242 una creencia religiosa marcada en sus letras o su forma de tejer redes, tiene un ideario y muchas veces una espiritualidad. Es necesario resaltar que la música puede servir para dar cualquier mensaje y mostrar todo lo que uno sea. Y viendo la logística de esta banda, el trabajo serio y riguroso, se tiene la oportunidad de recordar que las músicas alternativas, los géneros transgresivos no son un terreno para allanar con lo antirreligioso, sino para una total libertad de expresión donde la gente pueda escucharlo todo y decidir qué lo representa o incluso qué lo cambia. ‘Forgiven’, adicionalmente, es crítico de lo que ellos llaman un “mercado religioso” y han querido cantarle a la gente por fuera de ese círculo. Tal vez haga parte de un espíritu evangelizador que busca llegarles a jóvenes no religiosos, pero creen en una religiosidad que no es obligación ni miedo, sino mostrar una opción, dar un mensaje compasivo, piadoso, un dios siempre dispuesto a perdonar y a dar nuevas oportunidades. No quiere una música enfadada y anticuada -ni en melodía o lírica-, sino que hable de las cotidianidades que afectan a todo el mundo y ahí mostrar a Cristo como un puente. Sus letras buscan referirse a una batalla interna y ofrecer un estilo de vida que los hace felices, mostrar sus convicciones como un alivio. Entre la música y la religión han encontrado un mensaje y un estilo de vida que disfrutan, les da alegría. Mientras los otros salen de fiesta, ellos ensayan, así sea un sábado a las seis de la mañana, reservándose para una adrenalina más profunda como es la de dios y la música. Finalmente, lo que los mueve es cambiar el desamor: ese desinterés por el sufrimiento del otro y esa angustia en la que se cae como un encierro. En esa búsqueda de ‘Forgiven’, la devoción por la música no riñe con la religiosa. Contrario a algunos fanatismos, la música va de la mano como si se tratara de una divinidad y otro elemento junto al fuego, aire, tierra y agua. “La vida siempre tiene una música. La música es lo más cercano y lo más parecido a dios, porque está en todo lado, se manifiesta FRf