Recorriendo los lugares del Hip-Hop (discotecas, bares,
parques, etc.), crea su primera agrupación de bailarines
en la que él cantaba: ‘Síndrome Funky’. Bailaban en el
Centro de la ciudad, en eventos como la inauguración
de la estación del Metro de Bello.
Con estos parches es que empieza a formarse la
Dinastía Norte, una suerte de “clan” o “Clika” que reunía
a grupos de la parte baja del noroccidente, desde
Robledo -comuna 7- hasta Bello. Con esta Dinastía
vendría su segundo grupo, ‘La Burra Gansta’.
Con estos grupos y parches de clanes, ‘Izaya103’
aprendió (y vivió) bastante sobre Hip-Hop, sobre la
ciudad y sobre todos los problemas que podrían traer
estos parches que para la época estaban atravesados
por actividades que iban más allá del Rap como tal,
principalmente por la violencia que vivía la ciudad para
finales de la década de los noventa.
Cuando termina el colegio es reclutado para el Ejército
Nacional. Allí, y desconectado de todos los parches,
empieza a escribir letras. Al terminar el servicio militar
sigue visitando lugares de Hip-Hop, pero ya con la
idea de grabar canciones. Saca su primer demo con las
canciones que había escrito acuartelado. Aunque este
demo sólo lo regaló entre amigos y no tenía el mejor
sonido, es parte de su carrera: aquel punto donde se
dio cuenta de que podía seguir haciendo y mostrando
su música. Luego, cuando empieza a tener acceso a un
computador intenta crear nuevos sonidos, hasta que
entra a Informática musical en el ITM (Instituto Técnico
Metropolitano). Después de ese demo sacaría otro con
muy pocas copias, que llevaba su nombre y con alguna
rotación clandestina entre Bogotá y Medellín.
Una vez allí, empieza a conocer todo un ámbito musical
que cambiaría por completo su carrera musical.
Comienza a relacionarse con músicos de todos los
géneros. Uno de estos fue Mauricio Castro, guitarrista
y rockero con el cual aprendió a hacer pistas y a crear
música desde software. Mauricio e Izaya crearon
una cofradía fuerte en la que empezaron a aprender
bastante de música juntos. Se encerraron a crear
sonidos y a descubrir otras posibilidades para hacer
Rap. No era suficiente con estar en la calle o percibir
y habitar lo underground, también hacía falta abrir las
posibilidades de la creación desde múltiples técnicas,
software y equipos.
Izaya siguió estudiando y grabando canciones, y llegó
a sacar su primer trabajo solo y con calidad de estudio.
Este trabajo tenía detrás todo lo que aprendió de tanto
músico alrededor, además de todos los instrumentos
que podía grabar en este entorno del Instituto. Fue un
trabajo prensado, con diseño y con bastante trabajo de
producción. Se llamó “Adversidades” y se prensaron
mil copias. Estuvo en tiendas especializadas, Izaya
lo vendió mano a mano y sirvió para presentarse
238
a Altavoz en el 2009 y clasificar hasta el Altavoz
Internacional. En este concierto tuvo la compañía de
otros músicos como Hilder Osorio, Leidy Miranda, Dj
Demoe y Mauro Castro.
Dos años después y luego de estar en toques en varios
lugares, Izaya saca su segundo trabajo: “El Mixtape”.
Esta vez recogía bastantes colaboraciones: ‘Riggaz’,
‘X-plicitos’, ‘Seven’, ‘Dj.Dmoe’, ‘Tarmac’, ‘SK5’, ‘Soner
(L-Mental)’, entre otros. En este trabajo hay un cambio
estructural, toda vez que a diferencia de los trabajos
de antes, ya no es una música que suena tan triste, tan
melancólica u oscura. En “El Mixtape” “(…) ya estoy
celebrando la vida, ya estoy consciente de que puedo
influenciar a los demás (…)”.
El trabajo de ‘Izaya 103’ ha sido el de encontrar las
personas para crear redes. Aunque siente que en la
década de los noventa estas redes eran más amplias,
apuesta a su proyecto desde varios frentes que
superan lo artístico, bien sea como productor musical
o desde los talleres de resolución de conflictos con
la Fundación la Lengua de Mi Barrio, en la que ha
encontrado una bisagra para nutrir de mensajes y
actividades su música.
‘Izaya’ es la historia de un Hip-Hop que ha tenido un
devenir lleno de contrariedades y conflictos. Uno que
vivió de cerca los problemas de violencia en la ciudad
a mediados de los noventa y que ha aprendido a
crear sus propios ámbitos de creación. ‘Izaya 103’
muestra que el Hip-Hop es más que pistas, y que
trabajando con otros músicos, de muchos géneros
diferentes, se puede hacer música con mayor calidad
y dar mejores presentaciones.