Ruido.pdf Oct. 2014 | Page 238

Recorriendo los lugares del Hip-Hop (discotecas, bares, parques, etc.), crea su primera agrupación de bailarines en la que él cantaba: ‘Síndrome Funky’. Bailaban en el Centro de la ciudad, en eventos como la inauguración de la estación del Metro de Bello. Con estos parches es que empieza a formarse la Dinastía Norte, una suerte de “clan” o “Clika” que reunía a grupos de la parte baja del noroccidente, desde Robledo -comuna 7- hasta Bello. Con esta Dinastía vendría su segundo grupo, ‘La Burra Gansta’. Con estos grupos y parches de clanes, ‘Izaya103’ aprendió (y vivió) bastante sobre Hip-Hop, sobre la ciudad y sobre todos los problemas que podrían traer estos parches que para la época estaban atravesados por actividades que iban más allá del Rap como tal, principalmente por la violencia que vivía la ciudad para finales de la década de los noventa. Cuando termina el colegio es reclutado para el Ejército Nacional. Allí, y desconectado de todos los parches, empieza a escribir letras. Al terminar el servicio militar sigue visitando lugares de Hip-Hop, pero ya con la idea de grabar canciones. Saca su primer demo con las canciones que había escrito acuartelado. Aunque este demo sólo lo regaló entre amigos y no tenía el mejor sonido, es parte de su carrera: aquel punto donde se dio cuenta de que podía seguir haciendo y mostrando su música. Luego, cuando empieza a tener acceso a un computador intenta crear nuevos sonidos, hasta que entra a Informática musical en el ITM (Instituto Técnico Metropolitano). Después de ese demo sacaría otro con muy pocas copias, que llevaba su nombre y con alguna rotación clandestina entre Bogotá y Medellín. Una vez allí, empieza a conocer todo un ámbito musical que cambiaría por completo su carrera musical. Comienza a relacionarse con músicos de todos los géneros. Uno de estos fue Mauricio Castro, guitarrista y rockero con el cual aprendió a hacer pistas y a crear música desde software. Mauricio e Izaya crearon una cofradía fuerte en la que empezaron a aprender bastante de música juntos. Se encerraron a crear sonidos y a descubrir otras posibilidades para hacer Rap. No era suficiente con estar en la calle o percibir y habitar lo underground, también hacía falta abrir las posibilidades de la creación desde múltiples técnicas, software y equipos. Izaya siguió estudiando y grabando canciones, y llegó a sacar su primer trabajo solo y con calidad de estudio. Este trabajo tenía detrás todo lo que aprendió de tanto músico alrededor, además de todos los instrumentos que podía grabar en este entorno del Instituto. Fue un trabajo prensado, con diseño y con bastante trabajo de producción. Se llamó “Adversidades” y se prensaron mil copias. Estuvo en tiendas especializadas, Izaya lo vendió mano a mano y sirvió para presentarse 238 a Altavoz en el 2009 y clasificar hasta el Altavoz Internacional. En este concierto tuvo la compañía de otros músicos como Hilder Osorio, Leidy Miranda, Dj Demoe y Mauro Castro. Dos años después y luego de estar en toques en varios lugares, Izaya saca su segundo trabajo: “El Mixtape”. Esta vez recogía bastantes colaboraciones: ‘Riggaz’, ‘X-plicitos’, ‘Seven’, ‘Dj.Dmoe’, ‘Tarmac’, ‘SK5’, ‘Soner (L-Mental)’, entre otros. En este trabajo hay un cambio estructural, toda vez que a diferencia de los trabajos de antes, ya no es una música que suena tan triste, tan melancólica u oscura. En “El Mixtape” “(…) ya estoy celebrando la vida, ya estoy consciente de que puedo influenciar a los demás (…)”. El trabajo de ‘Izaya 103’ ha sido el de encontrar las personas para crear redes. Aunque siente que en la década de los noventa estas redes eran más amplias, apuesta a su proyecto desde varios frentes que superan lo artístico, bien sea como productor musical o desde los talleres de resolución de conflictos con la Fundación la Lengua de Mi Barrio, en la que ha encontrado una bisagra para nutrir de mensajes y actividades su música. ‘Izaya’ es la historia de un Hip-Hop que ha tenido un devenir lleno de contrariedades y conflictos. Uno que vivió de cerca los problemas de violencia en la ciudad a mediados de los noventa y que ha aprendido a crear sus propios ámbitos de creación. ‘Izaya 103’ muestra que el Hip-Hop es más que pistas, y que trabajando con otros músicos, de muchos géneros diferentes, se puede hacer música con mayor calidad y dar mejores presentaciones.