Los ensayos son difíciles, la grabación es
difícil y las presentaciones todavía más.
La primera presentación fue en Bello, en
Rock por la Solidaridad, donde les dieron
treinta minutos para tocar en medio de un
aguacero. Al principio no había el público
-tenía que estar a la intemperie- y aun así,
con la moral abajo, empezaron a tocar. La
gente llegó y se fue quedando, resistió hasta
que terminaron.
La vocalista Michelle busca la elegancia en la
música del grupo, y nos vamos encontrando
con un virtuosismo al que pocas veces
renuncia el Metal, y que quizá es una de
las dos razones por las que escogen este
género. El vocalista piensa que el Metal es
una especie de elite artística y se refiere
primero a su complejidad musical, de
instrumentos, ensambles y composición, y
luego a las letras.
La posibilidad de hacer poesía con el Metal
es la segunda razón para elegir quedarse en
este género. Metáforas y figuras literarias
son usadas por este grupo y, como suele
pasar en el Metal, al escribir se separan
bastante del contexto y de la coyuntura,
aunque mantienen posiciones que emergen
en un mundo de introspección o ficcionado.
El nombre, creado de la conjunción de
ateo y némesis, quiere señalar que “no hay
un dios que castigue, no hay un dios que
discrimine, no hay un dios que sea enemigo”.
Esa apuesta conceptual con algo tan inicial
como es el nombre nos da acceso a lo que es
y va a ser el mensaje de ‘Athemesis’, no sólo
en la letra. Un mensaje introspectivo pero que no sale y
entra de lo mustia, y mantiene algo de color.
Hay algo desenfadado en ellos, refrescante en medio
de grupos que se meten al mismo lado, al mismo
problema, pero nunca ofrecen salida. Es quizá desde
el desenfado, pero sobre todo desde una creación
desatada, que las letras pueden ser de amor, tema
vetado en una de las miradas del Metal. Esto trae a
colación la explicación de que son una banda de Metal
que no está conformada por metaleros.
La vocalista piensa que el hecho de que algunos
escuchen Tango, Salsa y que otros hayan hecho parte de
bandas de Punk les da una versatilidad y una capacidad
musical interesante, pero también los hace estar más
desvinculados de una escena que se pretende como
exclusividad de gustos. Tienen claro mantenerse en su
búsqueda musical sin afanarse y perderse en encajar en
un terreno que otros han nombrado y delimitado.
Sin detenerse mucho, fueron entonces llegando a
“Lorelein”, su primer EP (su primer cd), donde además
de poner a prueba toda la disciplina y perfeccionismo
para grabar, va quedando una impronta de unas
canciones que nacen con un poema que luego
se deforma y extiende para acomodarse a unos
propósitos sonoros.
Bernardo lidera el proceso usando un software de
composición para pasar su parte a cada músico.
Primero toda la banda hace observaciones sobre
la canción completa que presenta el vocalista y
guitarrista, y luego cada músico estudia su parte,
la ajusta.
El proceso de creación de una canción puede ser de
meses, aún con mucha constancia, y luego nueve meses
de ensayo para sentir que quedó bien estudiada por
toda la banda.
Es difícil componer, difícil grabar y también es
difícil presentarse. El rider técnico de la banda (sus
especificaciones de equipos, sonido y soporte) es
costoso y la agrupación lo tiene que subsidiar muchas
veces ante las ganas y la necesidad de darse a conocer.
Los preparativos, la organización, conexión y montaje
son demorados y requieren no sólo paciencia, sino
manejar y controlar las emociones. La presión que se
siente con un público ansioso y el tiempo, muchas veces
entre bandas, que le quita ritmo a un evento o puede
significar acortar el tiempo de otros artistas es otro de
los aspectos que tiene que ir ganando el oficio.
El grupo se va abriendo paso en una escena que es de
un público con su propia banda o se imagina tenerla
porque toca guitarra; un público difícil como el de
Medellín, por lo menos en el Metal, que a veces no se
decide a disfrutar por estar comparándose, por asumir
esa posición de crítico inflexible.
En medio de un público difícil han llegado a espacios
tan promisorios como es Metal Medallo, donde su
director los puso en el día de “Metal extrañoso”,
como llama al momento en el que se presentan las
agrupaciones que no son convencionales. Se trata, pues,
de un grupo que no se va a ahogar en esa parte de la
escena del Metal que anula lo nuevo. Ellos tienen la
posibilidad de capturar audiencias, no por unos códigos
preestable 6