Heavy, Black, Death, Power, Dark, Sinfónico, entre otros.
Y, quizás, nunca quisieron tener la conversación sobre
ser uno u otro género, sólo empezaron explorando
muchos sonidos.
de cada canción y las formas de complementarse, pero
para ellos no ha sido problema. La clave ha sido tener
mucha disciplina con cada canción y entender a la
perfección la posición de cada uno en la banda.
El concierto en este bar sería clave para tantear la
escena de la ciudad, pero lo más decisivo fue la relación
con el Instituto de Cultura y Patrimonio y el programa
Antioquia Vive La Música. En este festival, con un
poco más de un año de formados, fueron ganadores
absolutos entre varias bandas del departamento.
Además, Rocco, el vocalista, ganó como la mejor voz del
evento. Con esto entrarían en una etapa de conciertos
bastante exhaustivos, especialmente en municipios:
Rionegro, Marinilla, Jericó y Guatapé, así como algunos
toques en Medellín, donde estuvieron dos veces en
el Festival Altavoz y fueron ganadores del Festival
Parcharte en el Teatro Pablo Tobón.
Dado que se han movido más en conciertos, han
hecho de estos toda una experiencia para conectar al
público. Fuera de proponerse la mejor interpretación
posible en vivo, buscan que la imagen y presentación
de la banda esté a la altura de la música que quieren
mostrar. Movimientos de fuerza entre los dos vocalistas
principales, guitarras y bajo circulando en la tarima, y
una batería y teclado con una base fuerte hacen que ver
a ‘Adivarius’ en escena supere la experiencia auditiva.
Siendo Urrao un pueblo relativamente pequeño con una
escena en desarrollo, agotaron rápido sus posibilidades
allí. El siguiente paso era Medellín. Como muchas
otras bandas que están emergiendo en la escena de
Medellín, su primer toque fue en Nuestro Bar. Sin haber
tenido mucha difusión de su música, sin conocer qué
era ‘Adivarius’ para la escena de Medellín y solo con
un año de estar tocando, le prometieron a Nuestro Bar
que llevarían bastante gente a su concierto. Invitaron
dos bandas amigas, algunos contactos que tenían y, sin
preverlo, llenaron el sitio en su primer toque.
Con poco más de dos años de consolidada, ‘Adivarius’
ya tenía cierto nombre y reconocimiento. Lo
interesante de su historia es que hasta ese momento
no tenían ninguna grabación profesional o trabajo de
difusión digital. Todo su impulso inicial lo consolidaron
en tarimas.
Su experiencia muestra que al ser una banda en la que
algunos de sus integrantes están en Medellín y otros
en Urrao, es difícil ensamblar una canción. Es por esto
que el proceso de composición empieza con una idea
de letra y música de Cristhian y Sleyder (hermanos).
En la composición no hay prioridad sobre alguna de
las dos, sino que una canción es una sucesión entre
las dos, un camino que se va construyendo con letra y
música en paralelo.
Una vez tienen la base inicial de la canción, reparten
los “midis” (interfaz digital de instrumentos) de las
canciones a Melissa (vocalista), Rocco (vocalista), Diego
(baterista) y Jorge (tecladista). Cada uno ensaya sus
partes y si tienen algún aporte o corrección lo envían
al resto de los integrantes. Incluso, algunas canciones
nunca fueron ensambladas o ensayadas en conjunto,
las compusieron, cada uno estudió y ensayó su parte
y a la hora del concierto la tocaron juntos por primera
vez. Esto no funcionaría en todas las bandas, porque
el ensayo en conjunto permite entender las posiciones
Esta distancia ha hecho que se retrasen procesos
como las grabaciones o algunos toques. No obstante,
cuando uno los ve en tarima parece que se conocen
desde hace mucho tiempo. Es que ‘Adivarius’ es una
banda compleja a nivel técnico; la armonía de dos voces
principales y tres secundarias, todas en diferentes
tonalidades, además de seis instrumentos, requiere
bastante trabajo de acople. Esta ha sido una de las
cosas que más le han reconocido a la banda, además ha
sido uno de los factores que ha hecho que llegue a un
público más amplio que el del Metal.
‘Adivarius’ es quizás una buena muestra del trabajo de
disciplina en la música. Una canción, una composición,
pasada por las manos de siete músicos, pueden
convertirse, sin necesidad de darle muchas vueltas,
en grandes piezas del género. La dificultad de la
distancia y hacer mucho en muy poco tiempo los ha
vuelto expertos en la armonización y composición en
la banda. El reto ha sido poder consolidar un grupo
que pueda moverse bajo estas condiciones. En últimas,
‘Adivarius’ es una banda que parece tener claro un
proyecto musical, que han trabajado muy duro por
conseguirlo, pero que en esa claridad y líneas se dan
muchas libertades y espacios para crear e ir explorando
los límites de sus posibilidades musicales.
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