Rulaz se atrevió a saltar a otra escena, a otro género,
y así se convirtió en una de las primeras experiencias
en traspasar barreras que algunos insistían en hacer
inamovibles. De la fusión que ante todo buscaba a
Colombia metiendo Guasca y Salsa, va desarrollando
también la idea de un Rap menos gris, un afro que
lo hace cálido y una altivez de montañero paisa, de
arriero con machete.
Para entonces, la vida de Plazco cambiaba con la
paternidad de tres hijas, una de ellas con su primera
esposa, Dubba, de mucha importancia en la escena
Hip-Hop. Ya a las inmediaciones de la Piloto -punto de
encuentro histórico del Hip-Hop- Rulaz llegaba con una
niña de la mano.
Después de compartir escenario con Juanes, la
búsqueda de Rulaz era la estabilidad que podía
encontrar en una constancia en los trabajos de
productor y la presentación constante del Dj que
aparece por momentos discreto, más distante
de la fama del Mc. Presentaciones como Dj en
discotecas como Krippa Disco Bar y Farenheit, y con
la creatividad desbordada de productor que suele
obsesionarse por un solo proyecto acompañarían
sus nuevos días hasta llegar a ‘Generika’, su última
obsesión que se le conoce. Una apuesta a jugar sin
género, pero que apela a una difusión internacional
que pueda enamorar del Hip-Hop a un niño que
no sabe nada de esa música y ese estilo de vida. La
libertad de enamorar del Hip-Hop sin insistir en un
sólo sonido sino derramándose por toda la música y
encontrando un centro donde se vuelve a reunir.
‘Generika’ cuenta con l