Con la idea de seguir como solista empieza un trabajo
de exploración musical que conectaría con su carrera
de estudios visuales en el ITM. Para él, ser el ‘Bardo’
tiene que ver con recoger y narrar esas historias
cotidianas, de barrio, que no están siendo contadas.
Con esto, quiso marcar una diferencia con la tendencia
del Hip-Hop en la ciudad en los últimos años: no hablar
de violencia. Pero no es porque crea que es un tema
que el Hip-Hop no debe tocar, por el contrario, siente
que es un asunto que incumbe a todos en la ciudad. El
problema que recoge ‘Pino’ es que estos temas se han
vuelto fórmula estatal del Hip-Hop para poder apoyar
estas prácticas. En concreto, siente que si un hopper no
está hablando de estos temas, no recibe tanto apoyo
como el que sí lo está haciendo. Aquí quiere rescatar
la libertad del Hip-Hop, su posibilidad de narrar debe
anclar múltiples temas. Y en su trabajo esto está claro,
desde las historias de Moravia como pequeño centro
de la ciudad, las peleas de barrio, hasta otras formas de
hablar de la sexualidad.
En sus canciones sobre sexo, en el trabajo llamado
“Penetración”, ‘Pino’ busca darle doble sentido a lo que
se entiende por sexualidad. A pesar de ser llamado
“pornográfico” por algunos, muestra que la música y
el sexo tienen convergencias en sus formas de crear
placer, y con este trabajo ha buscado erigir esas ideas
que a veces parecen imágenes que se vuelven letras,
como lo hizo en su EP llamado “Sexofonía”. Es por esto
que su oficio de artista visual está conectado con el de
la música, en la medida que las imágenes de sus discos
tienen resonancia en las letras y las letras son imágenes
en construcción. Palabras que se salen de tiempos,
líneas que cambian de sentido según el fraseo son
algunas de las apuestas de ‘Pino’ por cambiar un poco
la linealidad del Rap.
Ha sido crítico del llamado trabajo social que hace
el Rap en las comunidades. En un principio creyó en
estos proyectos y trabajó cerca a ellos, pero luego se
dio cuenta de que si se quería trabajar desde el Rap
para un barrio o para un problema social específico,
debía de hacerse mayor investigación, mayor
profundización de los problemas, puesto que ha visto
que aquellas iniciativas que han llevado la bandera de
trabajo por la comunidad en sus barrios no han sido
más que simples eventos que duran lo que un proceso
de contratación estatal.
En últimas, cree que sí se puede trabajar el Rap
con los barrios, pero no para lograr que cientos de
pelados imiten a un profesor rapero, sino para crear
esa pulsión que lo empujó a él y a muchos más a
crear música. Esto parte de la idea de que la música
no debe de ser obligante, sólo se deben mostrar
pinceladas de lo que puede lograr con esto, ya el
gusto y las ganas de hacer vendrán con el placer que
cada uno sienta haciendo música.
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