consciente de lo que se ha hecho y lo que nunca
se puede dejar de hacer, y una búsqueda, quizá
fundamental, por letras inteligentes, que se conjuga
en una búsqueda de sonidos en canciones como
“Luchar”, “Resistir” y “No Morir”, en las que se
incluyen locuciones de Jaime Garzón.
Mopet cuenta que en su casa, en la comuna de Castilla,
se respiraba música desde muy pequeño, su papá fue
músico y sus hermanos son parte de la movida rockera
de los ochenta y noventa en la ciudad: su hermano
mayor era el baterista de ‘Danger’ y su otro hermano el
guitarrista de ‘Fértil Miseria’.
Mopet, iba a encontrar su forma particular de
expresarse con adolescentes, como lo era él en esa
época, que desde su vecindario y de muchos otros
llegaban a las inmediaciones de la Biblioteca Pública
Piloto. Allí, entre ‘B-boys’ y ‘Mc´s’, empezó en 1992.
La Silga, también en Castilla, creció igualmente
estimulado por un familiar en su amor por la música.
El padre, un coleccionista de canciones, aunque no
propiamente de Rap, sembró en él la curiosidad y
pasión por hacer su propio archivo. Así, Silga grababa
los casetes marcando sus favoritos. Fue a los doce años
cuando conoció a ‘Public Enemy’ con su trabajo “Fear of
a Black Planet”.
Era la época de los encuentros en el Parque de
las Naciones Unidas al frente de la Terminal del
Norte en Castilla, de Rulaz Plazco y su emisora,
de los primeros conciertos en el Carlos Vieco y de
la discoteca Alianza Hip-Hop. Los protagonistas
también eran ‘Sociedad FB7’, ‘Asfalto Urbano’, ‘Las
Plagas’, ‘Atomikoz crew’ y ‘La Clika’.
Corría 1995 cuando Silga hizo amistad con un vecino
que ya tenía un grupo formado en Belén Los Alpes
llamado ‘Los Posilgueros’. Le abren las puertas y le
dan entrada a la ciudad de la geografía Hip-Hop con
conciertos, estudios de grabación caseros y puntos de
encuentro. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo para
que a ese amigo llamado Medigongo lo mataran. Se le
volvería a Silga una marca y parte de su compromiso
que ya llevaba en un nombre: Posilga y luego Silga,
como tributo a ese grupo disuelto por ese asesinato.
De ahí, Silga empieza un recorrido con ‘Mentes
Dementes’, donde trabaja ya sus propias letras sobre
pistas de otras canciones; luego con “There The Light”,
como un homenaje al amigo asesinado; y, finalmente,
incursiona en una propuesta individual pero con la
idea de un trabajo en red, donde sacaba canciones con
varios raperos.
El grupo lleva adentro una historia, y desde esa, la
convicción por crear, por hacer canciones necesarias
que refuercen una cultura que lo es todo para ellos,
pero que también la ponga a dialogar por todas partes,
consiguiendo que se abra y crezca.
Caminos largos y una unión que se propone como un
nuevo comienzo, eso es ‘Amperios’. No olvidar las raíces
y continuar un crecimiento con nuevas ramas, nuevas
hojas. Conocer el pasado de una práctica cultural y
hacer parte de una tradición artística es también no
repetirse, es crear.
Foto: Amperios
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