La base rítmica ahora está constituida por Alessandro Sala en el bajo, y el
nuevo baterista Manu Lotter quien debuta en este disco y que le ha pro-
porciona a cada canción un poderoso, jovial y contundente toque, y juntos
hacen que ellas retumben en bocinas y audífonos.
Por último tenemos al vocalista Giacomo Voli quien entró para ocupar el
lugar de Fabio Lione. No debe ser fácil estar en su lugar y menos en un disco
como este, que se prestaba para odiosas y ociosas comparaciones, pero aún
no siendo un cantante lírico y teatral como su antecesor el joven ha hecho
una buena labor, aunque es claro que todavía le falta el “callo” que dan los
años de experiencia, pero lo compensa con un gran entusiasmo, una voz
dulce y jovial, y una perfecta dicción que ayuda a que uno como escucha
pueda seguirlo.
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