RIE-UANL, ENERO-DICIEMBRE 2016, AÑO 3, NÚM.3, ISSN: 2448-6825
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FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
La UNESCO (2015) señala que la movilidad humana, tanto internacionalmente como
dentro de cada país, ha alcanzado los niveles más altos de la historia, estimando que
“uno de cada siete habitantes del planeta se están moviendo”, esto es alrededor de mil
millones de personas. Estos cambios de la movilidad humana tienen consecuencias
importantes para la educación y el empleo y el uso de la tecnología es una de las
principales razones que facilitan este proceso.
En el 2001, Castell (citado en CINVESTAV, 2014, p.10), plantea la contribución que tiene
Internet y la tecnología, puntualizando que esta red permite la escalabilidad, la
interactividad, la flexibilidad, la gestión y la producción; posibilita que las personas
interactúen con quien quieran a través de esta herramienta. Internet facilita la creación
de sistemas de gestión de conocimiento, para el intercambio académico y la cooperación
internacional permitiendo que un estudiante se mueva a diferentes tiempos y lugares
según sus posibilidades.
Lo anterior da por resultado que la educación superior se transforme con las innovaciones
tecnológicas, incorporando también un cambio en la lógica de la presentación y oferta de
los servicios educativos y las prácticas pedagógicas. Es decir, se modificaron las bases
sobre las cuales se estructuró la educación superior universitaria en los últimos dos
siglos, y ahora se transforma, o bien, como señalan algunos autores como Castell,
Posadas y otros, ajusta y se replantea la misión de la educación superior que está
marcada por la internacionalización.
Esta nueva fase de la educación superior, se enfoca a formar personas, mediante el
currículo por competencias, en un modelo centrado en la tecnología y autorregulado,
ofreciendo programas en línea, a distancia, semipresenciales, mixtos; además se ofrecen
programas en universidades establecidas, de tipo corporativo, virtual, con/sin
reconocimiento oficial y hasta con doble titulación (un título nacional y otro internacional)
a través de franquicias de universidades.
Todo esto ha marcado la necesidad de formular nuevas maneras de impartir
conocimiento, nuevos métodos educativos, con factor innovador como un común
denominador en los programas, para que los estudiantes se formen para la vida laboral,
con el desarrollo de competencias básicas y específicas, entre las que se destacan
aquellas que tiene que ver con las habilidades de pensamiento: reflexivo, crítico y
creativo.
Roldan (2008) señala que la educación superior en los últimos años se ha caracterizado
por la adopción de parámetros de eficiencia, en reducir las estructuras organizativas, de
infraestructura y de fomento a procesos de descentralización del programa académico y
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Investigación Educativa: Un Campo para la interdisciplinariedad. Red de Investigación Educativa, UANL.