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AMÉRICAS 27 Figura 1: Los tres pilares de la evaluación de proyectos Tomado de, “Los tres pilares de la evaluación de proyectos”, por P. Lira Briceño, 2010, Lima, Diario Gestión En el cuadro anterior se puede apreciar claramente que la determinación de la tasa descuento es la parte medular a la que este artículo desea hacer referencia. La forma previa requiere del soporte de una adecuada proyección de flujos de caja y de la inclusión del riesgo a asumir, el cual estará en función al COK o el CPPC asignado para el proyecto. Una vez que se tiene los 2 insumos anteriores estaremos aptos para poder realizar la evaluación del proyecto. De acuerdo a Gutiérrez (1992) los métodos de descuento más conocidos son (a) la tasa interna de retorno (TIR), (b) el valor actual neto (VAN) y (c) el costo anual equivalente (CAE). Para aplicar cualquiera de estos métodos, es imprescindible partir de un flujo de fondos que determine en el tiempo los ingresos y las erogaciones. (Gutiérrez, 1992, p, 68). Los métodos de descuento, que tienen su base en la matemática financiera, es lo que hace comparables cifras monetarias de períodos diferentes al asignarle valor al dinero a través del tiempo. Esta capacidad de hacer comparables cifras de diferentes épocas, es lo que contribuye a que las técnicas de descuento se conviertan en una herramienta financiera mucho más poderosa que la contabilidad. Esta última no tiene en cuenta el valor del dinero a través del tiempo, dándole igual peso a cifras de años diferentes. Esto es más grave si se considera el fenómeno inflacionario que hace incomparables las cifras históricas con que se registran las partidas en la contabilidad. (Gutiérrez, 1992, p, 67 a 68). Una muy acertada crítica a la contabilidad radica en que solo ve el pasado, se dice que los estados financieros son una foto de lo que la compañía ha tenido, y si bien de alguna forma marca el camino a seguir, éste no necesariamente sirve para tomar las decisiones económicas idóneas en relación al futuro de las empresas, por este motivo las finanzas aportan al tomador de decisiones, herramientas muy poderosas para poder evaluar económicamente sus opciones. Una interpretación importante de Gutiérrez (1992) con relación a la TIR está relacionada a que: Es la máxima tasa de interés a la cual el inversionista tomaría dinero prestado para financiar la totalidad del proyecto, repagando con su producido la totalidad del capital y de sus intereses, y sin perder un centavo. Este es en el fondo el concepto del apalancamiento financiero (leverage) que recomienda el endeudamiento cuando la rentabilidad del proyecto supera el costo de los fondos. (Gutiérrez, 1992, p, 68). Sin embargo, la TIR tiene algunos detractores como lo expresan Mondino y Pendas (1997):