le parece absurdo y haciendo caso
omiso le da rienda suelta a su
curiosidad llevándola a vivir grandes
aventuras. A pesar de su falta de
experiencia, consigue descubrir las malas
intenciones de la consejera real y para
finalmente triunfar al salvar la vida de
la reina Madre.
Localizamos
nuestros
asientos
numerados en la última fila al centro
de la sala para que nadie nos
obstaculizara la visión completa de la
pantalla y disfrutamos la película
saboreando las golosinas compradas en
antes del inicio de la función.
A la salida ya estaban esperándonos su
papá y su hermanito para llevarme a
casa y ellos continuar hacia la suya.
Continué muy feliz mis quehaceres
cotidianos hasta que llegó la hora de
dormir y es cuando se inicia una nueva
historia en “el mundo de mis sueños” en
que seguramente se mezclaron
la
felicidad que me dio la experiencia
vivida y la fantasía que se produce en la
profundidad de los sueños.
Aquí en mi sueño, Jaden se
convertía en la figurita pequeña linda y
simpática, traviesa y muy curiosa de la
película, que al volar en zig-zag
rápidamente zumbaban sus alitas en mi
oído y con su manita se divertía
picándome los ojos o la nariz y
haciéndome cosquillas en los labios
trataba de despertarme para que la
acompañara a entre volar los campos
que se encuentran al frente de su jardín,
que desde ahí se alcanzan a ver las
lejanas montanas despertando aún más
su curiosidad y los deseos de llegar a
ellas.
La “Oma Luzma”
se
transforma
igualmente
en
una
regordeta abejita que entre dormida y
despierta, no podría dar crédito a lo
que su ojos ven pero continúa soñando
siguiéndole en su vuelo dando tropiezos
como le sucedió a la abejita Maja.
Haciendo piruetas de subida, de picada
y
en
círculos
sobrevolábamos
alegremente y con gran rapidez los
campos, olíamos las flores cantando y
disfrutando como nunca lo había hecho,
lo que nos provocaba una sensación de
libertad asfixiantemente emocionante.
Incrédula de verlo volar mis alitas se
paraban quedando suspendida en el
espacio. Jaden me jalaba jugueteando
incitándome a seguirlo en su vuelo.
Con su alegre y melodiosa vocecita no
dejaba tararear la melodía de la
película y diciéndome “Oma Luzma, es
muy lindo poder volar”.
Finalmente y como siempre se rompe el
hechizo al momento de despertar, pero
tengo el recuerdo de una tarde
maravillosa a través de estas líneas.
Por: Luzma Schulze.