Cartas perdidas
Llegas y como siempre
llenas este vacío de
confusión con frases
inciertas… ¿Qué diablos
quieres? ¿qué es lo que
buscas?
¿Por qué has de
despreciarme? ¿cuál ha
sido esa culpa
imperdonable? ¿cuál
esa traición indudable?
Es que no lo entiendo…
He callado tanto por no
seguir peleando y
preguntas, qué podría
reclamarte yo a ti que
no fuese cierto, qué
excusas podrías poner
que no fueran absurdas.
Tu vacío era inmenso y
salté en él, y te encontré
en un rincón, sentado y
perdido, y me senté
contigo hasta que
tuviste fuerza y pudiste
levantarte, tomé tu
mano hasta que logré
sacarte de tanta
soledad.
Todo fue tan repentino y
sin pensarlo, te quise sin
que me lo pidieras, te
ayudé aunque no lo
quisieras y además de
todo, entré en tu infierno
para intentar salvarte….
Y ahora, qué has de
reclamarme.
¿Y mi vacío?
Ese te pareció
demasiado inmenso
como un abismo para
siquiera asomarte a él….