Encuentro de poetas
Me regalaste una estrella inesperada en tono azul
la Primavera ya no tiene su esquina rota,
tus manos cauterizan poco a poco la sombría
grisácea de mi alma.
El andar armónico de tu cuerpo me congela
con cada paso hacía mí, tus ojos encuentran
el camino que sólo para ti he guardado, descifras
y entras sabiendo que es tu casa.
Partiendo del primer encuentro me cobijas,
en tu pecho me siento segura, tranquila
en tus piernas encuentro el calor que
a mi cuerpo hacía falta…
Ahora que somos infinitas estrellas colgadas
de susurros hechos de los polvos galácticos
no tengo miedo, estoy segura de que a tus alas
les hacían falta mis vientos.
Estoy segura de que tu cuerpo
le hacían falta mis pechos.
Tiempo
Por: Liz Arzola
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