Este amor que ha venido de
repente
Y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura
Ceñida al corazón exactamente.
Este amor que es harina en la
ternura,
Que es infancia de sueños en la
frente,
Que es líquido de música en la
fuente
Y es lucero nostálgico en la
altura.
Este amor que es el verso y es la
rosa,
Y es saber que la vida en cada
cosa
Se nos repite cada vez más
fuerte.
Tan eterno, este amor tan
resistible,
Que comparado al tiempo es
imposible
Saber dónde limita con la
muerte.
Hace unos días 17 de abril para ser exactos, el mundo
entero se conmovió por la muerte de Gabriel José de la
Concordia García Márquez, mejor conocido como Gabriel
García Márquez o como muchos le decían cariñosamente
”Gabo” quien naciera en Aracataca Colombia un 6 de marzo
de
1927
y
fuera
un
gran escritor, novelista,
cuentista, guionista, editor y periodista y nos dejara un
gran legado con sus maravillosas obras que lo hicieran
acreedor en 1982 al Premio Nobel de Literatura.
Cuantos de nosotros no hemos soñado con ser poetas o
nos hemos inspirado por alguien para escribir cosas
inimaginables, muchas veces también nos hemos dejado
llevar por nuestra imaginación hasta crear historias
mágicas merecedoras de ser impresas en papel, pues así es
como fueron los inicios de este gran escritor quien fuera un
niño con una gran imaginación, además de poseer la
habilidad de observar todo lo que había a su paso, escribía
improvisadamente sin imaginar que poseía un gran talento.
Fue en su adolescencia cuando adopto el vicio de la
lectura y se dejó envolver por varios poetas entre los cuales se
encontraba Pablo Neruda y fue cuando decidió dar rienda
suelta a sus Duendes como él le llamaba y dar paso a sus
primeros poemas, años más tarde entre prosas y versos Gabo
descubrió que su destino literario no estaba en la poesía y fue
entonces cuando dio paso a la novela y el cuento siendo así
como naciera su más grande obra “Cien años de soledad” en
1967 y otras obras literarias más entre las cuales se
encuentran “El amor en los años de cólera”, “La
hojarasca”, “El coronel no tiene quien le escriba”, “Del
amor y otros demonios”.
"... escarbó tan profundamente en los sentimientos de ella, que
buscando el interés encontró el amor, porque tratando de que ella lo
quisiera terminó por quererla.”
(Cien años de soledad)