Revista UNADiccion Marzo | Page 14

s invierno, la estación meteorológica anuncia para

hoy -22ºC de temperatura mínima y -13ºC de máxima con un 85% de nubes y una probabilidad de lluvia del 78%. La sensación térmica podrá variar entre los diferentes momentos del día con 0ºC a las 07.00 h o los 0ºC de las 19.00 h. La velocidad del viento será de 26 km/h soplando de dirección noroeste.

Todo el día ha caído nieve y las calles se encuentran intransitables, es hora de que los camiones limpiadores empiecen a trabajar, circulan a lo largo de carreteras, autopistas y calles aledañas roseando sales anticongelantes, evitando carambolas automovilísticas a causa de las derrapadas provocadas por un ligero toque en los frenos.

En todos los lugares cerrados como centros comerciales, escuelas, casas, departamentos oficinas etc. las calefacciones, encendidas al máximo, hacen soportable el frío que cala hasta los huesos.

Los pocos habitantes de mi pueblo intentan limpiar el frente de sus casas infructuosamente, la ventisca es tan intensa que tienen que luchar en contra para no ser derribados antes de, por lo menos, liberar un poco de la nieva sus entradas, evitando así, los accidentes que se ocasionan después de que sube la temperatura, y en lugar de que caiga nieve, llueve, como está previsto, convirtiéndolas en una enorme y peligrosa pista de patinaje.

Han pasado tantos años y a pesar de todos los esfuerzos por adaptarme a vivir bajo estas inclementes temperaturas estoy plenamente convencida de que nunca lo lograré pero es necesario realizar los trabajos que corresponden.

Los camiones circulan constantemente roseando sales anticongelantes sobre las carreteras autopistas y caminos pero no el frente de las casas, eso lo debemos hacer los que las habitamos, así es que se deben de poner manos a la obra mínimo por la mañana, antes de que la gente se dirija a sus trabajos, a medio día, antes de que regresen los niños de las escuelas y por la tarde, para que no se acumule tanto y se corra el peligro de un resbalón.

No solo los vecinos han salido a apalear la nieve, en esta ocasión, decidí hacerlo también yo. Sin embargo mi cuerpo me reclama, la contracción de los músculos tratando de amortiguarlo se endurecen, lo único que asoma de entre mi ropa térmica es la cara, que recibe las ráfagas de frio congelándome las lágrimas y el líquido que fluye por los orificios nasales.

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APALEANDO NIEVE

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