Por: Jorge Toscano Torres
México está a punto de rebasar la línea y desbordarse en la violencia, en la inmoralidad, en la corrupción, en la intolerancia, en el irraciocinio. Depende de nosotros tomar el control, depende de nosotros demostrar lo mucho que amamos este País, pero demostrarlo responsablemente, en apego a Derecho, siendo libres y respetando al prójimo.
Por eso, un servidor, desde esta sección, de la cual me siento enormemente afortunado de escribir y participar, los invito a que este 7 de junio hagan uso de su mayor herramienta ciudadana: Tu Voto y que a partir de ejercer esta obligación empezar a construir desde: tú lugar de trabajo, desde tu casa, con tus hijos, con tu familia, desde cualquier ámbito de tu vida; un México mejor.
No importa si eres PAN, PRI, PRD, Humanista, Morena, Encuentro Social, Demócrata Social, etc., o aun mejor, si no tienes afiliación partidista, no importa; lo importante es que nos demos cuenta que hacen falta en nuestro País ciudadanos con un alto valor cívico preocupados por el futuro, por la decisiones del País. Cuando logremos coordinarnos como sociedad, dentro del marco de la Ley; es cuando los políticos tendrán forzosamente que cambiar, tendrán que rediseñarse e implementar controles y formas de Gobierno más efectivos que permitan resurgir a esta gran Nación.
Y no solamente los políticos, sino los encargados de instituciones públicas, los líderes empresariales, las organizaciones, etc.; hoy en día vemos autoridades de instituciones burlándose de indígenas, vemos presidentes de partidos con actos de prostitución, líderes sindicales gastándose el dinero de sus agremiados; y nadie les hace nada, ¿Por qué? Porque todos están corrompidos, porque si cae uno caen todos, porque están desempeñándose con chantajes de por medio, condicionados; porque también “tienen cola que le pisen”.
Permitimos como ciudadanos muchas cosas por conveniencia a corto plazo, y no pensamos en el futuro sino todo a corto plazo: una despensa, un monedero electrónico, material para construir o arreglar la casa, un puesto o “hueso” en la política, un familiar en la política que nos beneficiará, porque trabajo en una institución de gobierno y tengo que apoyar al partido en turno, porque soy de cierto sindicato; muchas, son muchas las razones por las cuales votamos, pero no por el que creamos hará las cosas mejor, sino porque es el que conviene a corto plazo.
Salgamos a votar pero pensemos en México, en todos, en nuestro futuro, en el país que queremos construir, en el que nos gustaría vivir. ¡No vendas tu voto!
Tu voto, ¿lo votas?
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