Mujer y política
espués de décadas de
lucha, a partir del
17 de octubre de 1917
se hizo oficial en México el derecho de la mujer al voto.
Aún en nuestros días persiste la idea de que una mujer no puede ocupar ciertos puestos en una empresa privada o institución pública, pues es considerada manipulable, sentimental, inestable, en pocas palabras, incapaz de hacer lo necesario para fomentar el desarrollo de este país.
El machismo tan arraigado en nuestra sociedad, difundido por la propia mujer, sigue siendo la principal barrera para que una mexicana destaque en cargos políticos, a menos que cuente con el apoyo de algún político de alto nivel o sea físicamente muy agraciada, esta tarea se vuelve prácticamente imposible de lograr.
Las habilidades naturales de una mujer en la administración de recursos, organización, análisis, iniciativa, estrategia y desempeño, pondría en riesgo la permanencia de la mayoría de hombres en los cargos públicos.
La mujer mexicana debe aprender a educar a sus hijos e hijas a ser responsables de sus palabras y actos, a respetar el derecho y la propiedad ajenos, a impulsarlos a formar su propio criterio, a defenderse sin agredir y sobre todo a ser solidarios.
La mujer cuenta con el mismo valor jurídico y humano que el hombre, además de un diseño genético más amplio y desarrollado que el sexo masculino.
Llegó el momento de que la mujer mexicana ejerza su derecho al voto razonado sin
caer en el conformismo y la apatía de ¿por qué votar si siempre ganan los mismos?, la clase política en México no se renueva en parte por la falta de interés de la sociedad en que esto ocurra, pues no lo considera un tema que sea de su interés ni de su competencia.
Es momento de diferenciar los candidatos a elección popular que tienen su origen en la mercadotecnia y la popularidad, de quienes realmente cuentan con propuestas basadas en la realidad y la lógica sin caer en lo absurdo.
Si cada mujer mexicana opta por investigar y votar por candidatas sin importar el partido que las postula, estaremos en camino de demostrar que los cambios que necesitamos emprender en México si son posibles de lograr.
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