Revista UNADiccion Junio 2015 | Page 16

El viejo restaurante parecía dibujar una sonrisa amable a la joven y a pesar de su vejez, las rojas tejas que cubrían su techo, daban un toque moderno a sus viejas paredes y a los grandes cristales que tenía por ventanas. Al entrar, un agradable aroma a hogar cobijaba el frío semblante de la joven, quien después de saludar se acomodaba en su mesa favorita, tomando como siempre la carta, observándola sin leerla, esperando a que alguien, sin importar quien, le ofreciera decidirse por algo.

“El problema con las decisiones, radica en la incapacidad del hombre de adivinar su propio destino, puesto que incluso las mejores decisiones pueden ser incorrectas”.

Lluvia en su caso prefería decidirse siempre por aquellas decisiones que anteriormente había conocido de su padre, relacionándolos y adaptándolos a cada situación que se enfrentaba en la vida. Odiaba a ese restaurante, tanto o más que a sus propios recuerdos sobre ella, pero era el único lugar en donde guardaba recuerdos gratos de su padre. Desde muy pequeña, su padre la llevaba con él para tomar el café, leer el diario e irse a trabajar, aprovechando de paso para dejarla en la escuela. Nunca sintió pereza de levantarse a las 6 de la mañana solo para ver a su padre tomando el café y degustando una suave pieza de pan, mientras ella observaba su desayuno o probaba solo una porción de ella, alegando siempre no tener hambre. De su rostro escapaba una pequeña sonrisa que parecía esconderse entre sus labios, tan tenue que se escurría como una suave colina sobre la nieve de una montaña.

Al morir su padre, creyó que jamás volvería a ese lugar, porque todos los recuerdos gratos de su infancia, se entintaban de amargura y de tristeza. Sin embargo el tiempo había logrado que ella tomara el valor de recordar a su padre, en cada sitio y en cada pieza de los lugares recorridos, lugares que parecían ofrendar sus mejores detalles para ella.

Continuará....

LLUVIA

N O V E L A

Autor: Miguel De La Cruz

Derechos de autor reservados

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