Revista UNADiccion JUNIO 2014 | Page 14

El mundo de mis sueños En el mundo de los sueños se pueden vivir las aventuras más inverosímiles y complejas, deseos, añoranzas, fantasías. Allí en ese lugar todo es posible. Dormir es la vía y puerta de entrada en esa dimensión que nos da acceso para regresar al pasado, estar con nuestros seres queridos ya sea que estén vivos o muertos, o simplemente viajar al futuro y compartir momentos con personajes desconocidos e irreales, en lugares lejanos o en esos que han tenido tanto significado en nuestras vidas y que por tal razón visitamos constantemente llevándonos de la mano a disfrutar de infinidad de encuentros momentáneos de los que, en ocasiones cuando los sueños son seductores no quisiéramos despertar pero hay otros que no son tan agradables, que nos angustian, de esos que se convierten en pesadillas, son de los que quisiéramos despertar inmediatamente y olvidarlos por completo y lo más pronto posible. Afortunadamente esta noche no es el caso. He seguido con mi molestia en el hombro, el relajante muscular me pone somnolienta, por lo tanto me introduzco inmediatamente después de acostarme en mi mundo de los sueños. Una hija, niños, maestra y mi presencia son los personajes de la historia que se lleva a cabo en un salón de clases, material habitual para el aprendizaje, mobiliario y yo como espectador de los acontecimientos. Nunca supe cómo se llamaba mi hija porque nunca lo mencionamos, la veía hacer su tarea a mano en un cuaderno formato profesional con hoja cuadriculada, escribía definiciones, tampoco sé qué materia ni que definiciones serían, (estoy intentando recordar sin lograrlo), solo veía que escribía con una letra clara, firme y simétrica, muy bonita para su edad. De pronto el cuaderno desaparece y la hoja ca