Revista UNADiccion Febrero 2015 | Page 20

La función de la mujer

Mayca (malas y cabronas)

Cuando las mujeres llegamos a la madurez, más allá de la edad en que esto suceda, siempre nos hacemos la misma pregunta, ¿cuál es mi función en la vida?, ¿por qué y para qué hago lo que hago?, en cierto momento nos sentimos fuera de lugar, deseamos estar lejos pero sin irnos en realidad.

En el pasado la mujer luchó por tener el derecho de recibir y tener las mismas posibilidades de preparación y desempeño profesional, ahora se enfrenta al dilema de realizarse primero como profesionista y posponer la maternidad o en ser madre y trabajar sin importar si aplica sus conocimientos.

Desde el punto de vista conservador, la mujer debe permanecer en casa, encargarse de los quehaceres del hogar, cuidar y atender a la familia y olvidarse de sí misma. El cambio de mentalidad en el género femenino, provoca un conflicto primero en ellas mismas y después con su entorno, pues se sale de los parámetros sociales y culturales establecidos.

La mujer que busca primero su desarrollo como ser humano, que no se deja llevar por las circunstancias o la exigencia de los demás, que se mantiene firme contra viento y marea, logra despertar su inteligencia emocional, lo que le permitirá tomar decisiones correctas y más importante aún, asumir su responsabilidad por los resultados negativos y/o positivos de sus acciones.

El dilema de la maternidad es más una consecuencia de una serie de decisiones y factores externos que una acción propia de la mujer, por un lado está el aspecto biológico, en el que el cuerpo emocional y físicamente pide un embarazo, está el aspecto social, que determina que a cierta edad se debe contraer matrimonio y procrear y finalmente está la decisión consciente, ésta es la más difícil de conseguir pues implica el desarrollo de la inteligencia emocional.

En una decisión consciente sobre la maternidad, la mujer antepone el bienestar físico y emocional de su hijo antes incluso de engendrarlo, buscará un padre que demuestre capacidad de cubrir todas sus necesidades, pues el fin es formar un ser humano

es formar un ser humano que se dirija con principios y valores humanos a lo largo de su vida.

Una decisión consciente implica también la aceptación libre de prejuicios y culpas de que la maternidad quizá nunca llegue, de que la vida en pareja probablemente jamás se presente, es simplemente no temer a la soledad ni a la compañía, es negarse a ser madre solo por un deseo o exigencia externa, es el valor de no repetir más la historia de las mujeres de tu familia.

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