Revista UNADiccion Febrero 2015 | Page 18

Dormí unas cuantas horas, muy pocas para descansar y recuperar energía física, pero que lindo es soñar, y más cuando puede ver a Fernando, quien desapareció de mi vida cuando rompí con él a finales de los 80`s. Nunca lo pude olvidar, fue una relación de dos años a escondidas, intensa, llena de amor sin compromiso, ni obligaciones que duró hasta que conocí a mi “viejo”. Jamás lo volví a ver a pesar de que lo busque cada vez que tenía la oportunidad. Cuando me atreví a preguntarle a la esposa de su primo Max por él, me dio la noticia de su muerte. No me lo esperaba, era tan joven y guapo, lleno de vida cuando lo vi por última vez, me quedé sin aliento, brotaron incontrolables lágrimas de mis ojos, quería saber todo lo que pasó durante todos esos años y la causa de su fallecimiento pero finalmente sólo quise guardar la imagen de la última vez que nos vimos y su varonil voz cuando me deseó toda la felicidad del mundo en la nueva etapa de mi vida que emprendía con alguien que no era él.

Y así como siempre sucede en el mundo de mis sueños de repente me veo en el comercio familiar con dos de mis hermanos mayores, Mon, que me regañaba por haber llegado tarde y Gay que lo apoya uniéndose al sermón que yo ignoro. Naturalmente que mi actitud no es la adecuada pero a mí me da igual, me alejo de ellos para no seguir escuchando su cantaleta, total, había quedado de verme con Fernando para ir a comer a nuestro lugar favorito, así es que me apresuro para no hacerlo esperar.

18