Revista UNADiccion Febrero 2015 | Page 11

Encuentro de poetas

Me acerco sólo un poco, le enseño mis manos y en ella encuentra una torta que apenas pude morder, la toma y me mira con desconfianza, con ese miedo que destilan sus ojos, poco a poco se aleja más , hasta quedar a salvo de mi presencia.

Ya lejos le miro comer, y me sigue mirando y ya en sus ojos no encuentro desconfianza, toma una bolsa en la que él solo sabe las sorpresas que guarda, se desvanece a cada paso de mi mirada y se pierde entre los pasos que alguna vez di en esas calles.

La vida me parece injusta, el Dios en el que todos creen, no lo entiendo, no logro ver su Magnificencia, su gracia, ése hombre entre todos los andantes de esa noche, es quién menos merecía un destino así, es el único que se preocupa por un ser vivo distinto a él.

Prefiero pensar que el reino de los cielos, está lleno de estas personas, buenas y sin complejos de superioridad, y que deben pasar desapercibidos entre tantos, para que valga la pena tanto descuido en éste medio mortal.

Hoy ya no dormiré como todas las noches, él me cambio sin saberlo y a quién necesita que le enseñe lo que ésta noche viví, aún no está conmigo, falta tiempo para nuestro encuentro.

Por: Liz Arzola

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