Revista UNADiccion Febrero 2014 | Page 23

La absoluta discreción de Daiki es por elección, él es totalmente consciente de su preferencia sexual y obedece no al miedo, ni al prejuicio, sino al derecho legítimo que toda persona tiene a mantener en privado los aspectos más íntimos de su vida, como la sexualidad. Camino a la asunción. En cierta forma, para Daiki ha sido más fácil asumir su sexualidad, porque se definió desde la adolescencia. “Cuando el adolescente tiene una definición homosexual clara, las cosas van por determinados derroteros. Si bien la intuición de una atracción distinta puede ser percibida ya en la preadolescencia, no es hasta los 12 años cuando aparecen las primeras fantasías homoeróticas. Sin embargo, en promedio la aceptación de su situación homosexual no llegará hasta los 17 años en los chicos, y algo más tarde en las chicas”, según el libro La ciencia del Sexo. La sexóloga Beatriz G. Portalatin en la página www.elmundo.es comenta: "Es un proceso complejo que tiene que pasar por diferentes fases", reconoce. “Este camino va desde la toma de conciencia, la asimilación propia de tener unas preferencias sexuales diferentes a las de la mayoría y el hacerlo público con mayor o menor proyección social.” Por último, puntualiza Portalatin, “Para que se dé la integración plena, natural y satisfactoria de su homosexualidad dentro de la identidad propia de la persona, influyen variables como el contexto familiar, los modelos sociales de referencia y las experiencias biográficas propias”. Por eso señala que "algunas personas, chicos y chicas, saben que son homosexuales desde muy jóvenes y otros lo descubren ya de adultos". Los amantes llegaron a mi consultorio para tener un cómplice, para trabajar momentos complejos en sus familias y para hablar de la presión que sienten de algunos sectores importantes de la comunidad LGBTTI. Daiki comentó “Todos los seres humanos tenemos derecho a la intimidad. Yo he recibido presiones para destaparme, para gritarle al mundo que soy gay, pero siempre respondo lo mismo: ¿y quién le pide a los “bugas” que lo digan?, ¿por qué tendría yo o cualquier otra persona hablar de sus sentimientos, de sus noviazgos o amasiatos? Son planos de la intimidad que yo defiendo, como defiendo el secreto de mi cuenta bancaria, de mi sueldo, de dónde vivo. Para mí todos esos aspectos de mi vida son privados y así quiero mantenerlos”. A Yoshiro le pregunté qué opinaba al respecto, con una sonrisa maliciosa dijo “Soy un hombre diferente, uno discreto” Por: León Rojo