Pasionarte
La pasión convertida en tinta.
Por: Tere Mancera
El tantra es conocido como una práctica que permite expandir la conciencia a través de la
liberación y canalización de la energía. Es una doctrina que se ocupa del estudio,
aplicación y desarrollo consciente de los 108 tipos diferentes de energías fundamentales que
se manifiestan en el ser humano y se canalizan a un estado de evolución.
El tantra puede ser de gran ayuda para mejorar tu relación de pareja. El sexo tántrico
busca la unión física y espiritual de los amantes retrasando el orgasmo lo más posible para
llegar a el de una manera más placentera.
Entre sus múltiples beneficios se encuentran:
Producción de serotonina.
Regulación de las hormonas.
Reducción del estrés.
Control de la eyaculación femenina y masculina.
Algunas de las recomendaciones para practicar el sexo trantico son los siguientes:
Contar con un espacio privado, agradable a ambos: temperatura adecuada,
música, sabanas limpias y suaves, aromas y algunos alimentos para degustar
(bebidas y bocadillos).
Acondicionar el cuerpo y mente: limpieza, tranquilidad, estar abierto a lo nuevo, al
o desconocido.
Dedicar tiempo suficiente a los juegos eróticos previos, disfrutar a la pareja con los
ojos abiertos, observar cada rincón de su cuerpo desnudo y apreciar la respuesta a
cada uno de los estímulos: caricias, besos…
Armonizar las respiraciones para lograr la sincronización entre ambos, una
respiración consciente y profunda es la adecuada.
Entregarse al acto sexual experimentando las diversas posiciones sexuales existentes
balanceando así la energía femenina y masculina.
Cada pareja es distinta por lo que debe intentar instaurar sus propios rituales eróticos.
Lo anterior se engloba en algunas técnicas específicas del Tantra que corresponden a estos
momentos: Mula Bandha, Masaje del Ligam y del Masaje Yoni y Del Maithuna.
Este tema es demasiado amplio así que te invito a que investigues más sobre él, haz de tus
encuentros sexuales un estallido de energía generado por el goce compartido, por la unión
física y espiritual con tu pareja que te conduce a un estado de armonía, de placer y
porque no decirlo, de divinidad.