Feliz Navidad?...Jo Jo Jo
Por: Jorge Alberto Toscano Torres.
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Sociedad Mexicana reorganizarse
Urgente
Empieza el último mes del año:
diciembre, empiezan una serie de
celebraciones, de festejos, regalos,
fiestas, reflexiones, propósitos
nuevos, nuevos sueños, nuevas
ilusiones, recuento de lo que se
hizo, lo que no se hizo y lo que se
piensa hacer. Son días en los que
pensamos todo lo vivido en el
transcurso del año y lo que
queremos mejorar y/o alcanzar
para el próximo año que viene.
Y justo en este punto se encuentra
un servidor, analizando una serie
de situaciones personales y
situaciones que aquejan a nuestra
sociedad mexicana; justo en este
punto en el que un servidor
atraviesa por una crisis de salud y
es ahí donde me detengo: el siete
de noviembre del año en curso
tuve un fuerte dolor por
inflamación del nervio ciático que
me dejo paralizado, casi inmóvil,
casi
imposible de caminar,
dolor tanto de pie, como sentado o
acostado; un dolor que hace llorar
de la desesperación y la
impotencia
de
no
poder
aminorarlo con un sencillo
naproxeno
o
diclofenaco,
impotencia de no poder caminar.
Ese día fue a consultar al glorioso
IMSS (Instituto Mexicano del
Seguro Social), el mismo que nos
ofrece un servicio de salud y que
subsiste gracias a impuestos que
pagamos quincena tras quincenas,
aportaciones que para nada son
voluntarias ni mucho menos
insignificantes, y que cualquiera
pensaría que con tales descuentos
se recibe una atención de primer
mundo, pero la realidad es otra.
Alrededor de las 10 de la mañana
mi esposa habló por teléfono para
concertar una cita, para empezar,
se tardaron en contestarle, una vez
que le contestaron le dijeron que
podían agendar la cita para
después de un mes o bien que
fuera directamente al consultorio
Correspondiente antes de las 12
de la tarde (ya que tengo horario
vespertino) y que dependiendo de
los citados me podrían atender ese
día.
Para no hacerles el cuento largo,
fui antes de las 12 pm deje mi
tarjeta con la asistente, me
atendieron a las 4 pm, para esto la
señorita asistente se la pasaba
platicando con sus amigas,
insensible totalmente al dolor y
situación de cada uno de los que
estábamos ahí, reflejándose esto
que les digo en el trato hacia uno,
totalmente prepotente, como si
nos estuviera haciendo un favor,
como si no tuviéramos derecho a
enfermarnos y mucho menos a
recibir un servicio de salud digno.