Revista UNADiccion Diciembre 2014 | Page 35

Hay días en los que creo estar bien y tener el control, pero de pronto en cuestión de segundos como hoy, llego a sentirme vacía y comprendo que así son mis emociones, simplemente hoy quiero saber de ti, pero pasará, debe pasar, no puedo seguir así, maquillaré todo con grandes y lindas sonrisas para poder continuar porque el detenerme a pensar en todo me envuelve en una ola de penumbras y desequilibrio emocional, debo retomar los sueños y volver al sendero de todo lo que me motiva en esta vida, eso es lo único que me mantiene de pie, es por ello que aún sigo entre libros, salones y multitudes, son mis sueños los que me dicen que aún no todo está perdido. Me pregunto porque escribir esto, me detengo y miro el papel manchado de tinta y todo pierde sentido ¿Para qué escribir? ¿para quién? Para que si el sentimiento se gasta en cada oración y me quiebro en letras y todo lo que me queda de alma se convierte en palabras sin sentido, sin orden ni coherencia. Y me miro, y la tinta se corre con mis lágrimas, ¿Para qué escribir? ¿para quién? ¿con qué objeto? ¿con qué corazón redacto? ¿con qué emoción me plasmo? Para que escribir si solo terminan siendo cartas perdidas…