TIC – TAC
No sé si es la noche, la tempestad o el hecho de
enfermar y no poder mirar a mi dulce dama
blanca sonriéndome.
Tatuajes en papel
La cuestión es que bajo esta penumbra melancólica
viene el recuerdo y una vez más tu melodía dentro
de mí se hace presente.
Guardo tu imagen de niña inocente
que tanto contrasta con la mujer que conocí,
tu bella experiencia, tus gratos consejos,
caricias bonitas aquellas palabras.
¿Por qué no hubo tiempo?
¿Por qué no te miré antes?
¿Por qué siempre ando a tientas?
¿A dónde escapaste?
Que duro mirar hacia atrás para contemplar tu belleza,
que difícil ya no tenerte y no poder susurrar
a tu oído jamás palabra alguna.
Me faltaron momentos, no forjé suficientes recuerdos,
nuestro tiempo fue arrebatado y ahora sublime
estas tan inalcanzable, me he quedado a medio camino
y no sé regresar.
En otro plano será y entonces charlaremos y me sonreirás,
tomaré tu mano y te diré “agarrarme fuerte, no te separes”
y pasaremos juntos por cada umbral que el destino depare.
Te llamaré “mi querida amiga” sentirás un cálido beso en
cada mejilla, tu entenderás entonces lo que “amistad” para
mí significa.
Iremos a reunirnos con mi dulce dama blanca,
conocerás uno de sus rostros, el más bello que muestra,
el de las noches de estrellas, ya sin temores te compartiré
un poco de mí, a ver si entonces nuevamente sonríes y otra
vez me regalas parte de ti.
Por: Víctor Hugo Gutiérrez