Revista UNADiccion Abril 2015 | Page 29

Este breve ensayo es una reflexión personal sobre como percibo la educación básica en el municipio donde vivo como padre de familia con hijos en primaria y secundaria; posiblemente tenga similitudes con lo que pasa en el resto del país, sin embargo, no creo conveniente generalizar por lo cual hago la presente aclaración.

La educación en el sector rural ha cambiado de manera importante en los últimos años; situaciones como el no permitir a las mujeres estudiar porque su función era casarse y procrear todavía no se superan ya que hay familias que solo permiten que su hija estudie hasta la primaria, después la niña es confinada a su casa a trabajos domésticos donde se le mentaliza para que vea el no estudiar como algo “normal”; en el caso de los niños, su mayor anhelo no es ser doctor, abogado o maestro, el ideal de muchos de ellos es terminar la primaria o la secundaria para emigrar al “norte” en busca del sueño americano.

Sumado a lo anterior, se le atribuye a la Reforma Educativa cambios que afectan profundamente la educación de manera negativa; situaciones como la fusión de grupos en primarias y secundarias, la cancelación de plazas docentes ante las jubilaciones de maestros que alcanzan esta prestación, el retraso en la radicación de recursos para el mejoramiento de las escuelas, la desaparición de escuelas “porque no se justifican por el número de alumnos” etc. son situaciones cotidianas en el entorno rural.

En el caso de los maestros se percibe una sensación de miedo e impotencia ante los cambios que la reforma educativa está propiciando, la mayoría de ellos acata las disposiciones sin chistar aunque no estén de acuerdo con ellas, ya que saben que de mostrar su inconformidad pueden ser sujetos de ser despedidos.

Desafortunadamente, el contrapeso a esta y muchas otras situaciones recae en los hombros de los padres de familia quienes no asumen su papel de coadyuvante en la educación escolarizada de sus hijos y aceptan los cambios en la educación que se imponen de manera central sin discutir o analizar las repercusiones que éstos tendrán para con sus hijos, de tal manera que se vuelve cotidiano y “normal” que los niños cambien de maestro hasta 4 veces en un mismo ciclo escolar o la elevada deserción que existe.

Sin embargo, no es justo satanizar y atribuir todo lo malo a la reforma educativa. En lo personal me ha tocado ser testigo de cómo las plazas docentes son heredadas entre familiares sin importar la capacidad académica de la persona, y así como este hay muchos otros vicios que se vienen arrastrando desde hace muchos años (no solo en el magisterio, sino en todo el gobierno e independientemente del aspecto partidista).

Como padres de familia, estudiantes, profesionistas, etc. nos toca reflexionar sobre estos cambios, analizar, discutir y organizarnos para asumir una posición crítica, propositiva y empezar a modificar comportamientos que afectan a los niños. El cambio empieza con nosotros, pero no debe quedar ahí hay que buscar que trascienda y contagie a nuestros vecinos, conocidos y amigos. Nuestro futuro está en juego, vale la pena intentarlo.

LA educación Rural

Por: Rodrigo Olivares

29