Revista UNADiccion Abril 2014 | Page 15

que no lo estaba era él porque quería ir al cine con su amada esposa, la separación había sido prolongada y quería estar solo con ella. Por desgracia para él, ni Connie ni nadie lo deseaba, nosotras queríamos continuar en la fiesta y seguíamos bailando, riendo y gozando de lo lindo. Para que Connie se cambiara de ropa nos vamos a otra habitación que estaba alumbrada únicamente con la luz del atardecer, entramos todas y la vemos como se quita el pantalón y lo cambia por una falda corta. Viéndola vestida de tal manera soltamos una tremenda carcajada sabiendo de antemano la reacción que tendría el susodicho. Continuamos con la diversión sin mencionar más la ida al cine mientras salimos de esa habitación. La sorpresa al salir fue la de encontrarnos frente a un lago iluminado tenuemente por antorchas. A la orilla había una fila de niños esperado el inicio de la competencia de remos. Los cuerpecitos de los chiquitines dentro de las lanchas no se pueden ver pues están vestidos de negro. Los pedales se distingue por el destello de luces de neón que producen las calcomanías pegadas a su alrededor. Se inicia la competencia, el pedaleo de los piececitos de los pequeños es al principio lento, poco a poco van acelerando la velocidad viéndose la gama de colores fluorescentes. La escena es fascinante y relajadora, el sonido que producen los remos dentro del agua es musical armonizando con el juego de luces y colores haciendo la imagen más hermosa de la noche. Más de pronto cambia la escen a nuevamente y con ella aparecen nuevos personajes, ya no eran mis hermanas, sino mis amigas de colegio de la época de secundaria continuando con la alegría anterior, sentadas en una lancha remábamos juntas, muy cerca unas de las otras, tan cerca que le digo a Olague, “hay manita, que bonita te ves, pero ya te diste un retoque en las arruguitas”, jajajajaj ella me responde, aunque yo no le creo “No manita para nada, es para que veas que bonitas somos las Olague”. Continuando con la fiesta ya no en la lancha. Nuevamente todos los actores de esta noche juntos. Ahora con un nuevo juego dirigido por Angelina mandándome a esconder detrás de una puerta, en un lugar obscuro y con más puertas, en donde yo tenía que estar sentada con las piernas descubiertas y cruzadas de derecha a izquierda, en esa posición me deberían de encontrar. Y sí, después de un rato, entra un joven regordete gritando que me había encontrado “aquí esta” grita el chico “y pago 90mil” no supe de que se trataba, pero salgo corriendo y hay dios que risa. Entro a otra habitación en la que una enorme cama ocupa todo el espacio me encuentro a las "muchachas", unas sentadas, otras recargadas en la pared y otras recostadas en medio de ella y yo parada. Estiro un brazo hacia el techo, toco una regadera que está ahí, fija, es sólo un tubito flexible que tiene una bolita de metal con un orificio en el centro y juego con él haciéndolo girar, no supe cuándo y por donde abrí la llave del agua que salía por ese orificio y que me divertía tanto ver como el agua salpicaba, pero no mojaba a nadie. No lo podía creer, todas reíamos sin comprenderlo sin parar de reí. Y despierto, mi risa me despierta y aquí estoy contándote mis sueños con una tremenda sonrisa en mis labios y alegría en mi ánimo para enfrentar el día nublado pero caluroso de hoy. Y me despido hasta nueva historia que narrar como siempre. Por: Luzma Schulze