que no lo estaba era él porque quería ir al cine
con su amada esposa, la separación había sido
prolongada y quería estar solo con ella. Por
desgracia para él, ni Connie ni nadie lo
deseaba, nosotras queríamos continuar en la
fiesta y seguíamos bailando, riendo y gozando
de lo lindo.
Para que Connie se cambiara de ropa nos
vamos a otra habitación que estaba alumbrada
únicamente con la luz del atardecer, entramos
todas y la vemos como se quita el pantalón y lo
cambia por una falda corta. Viéndola vestida de
tal manera soltamos una tremenda carcajada
sabiendo de antemano la reacción que tendría
el susodicho. Continuamos con la diversión sin
mencionar más la ida al cine mientras salimos
de esa habitación.
La sorpresa al salir fue la de encontrarnos
frente a un lago iluminado tenuemente por
antorchas. A la orilla había una fila de niños
esperado el inicio de la competencia de remos.
Los cuerpecitos de los chiquitines dentro de las
lanchas no se pueden ver pues están vestidos
de negro. Los pedales se distingue por el
destello de luces de neón que producen las
calcomanías pegadas a su alrededor.
Se inicia la competencia, el pedaleo de los
piececitos de los pequeños es al principio lento,
poco a poco van acelerando la velocidad
viéndose la gama de colores fluorescentes. La
escena es fascinante y relajadora, el sonido
que producen los remos dentro del agua es
musical armonizando con el juego de luces y
colores haciendo la imagen más hermosa de la
noche.
Más de pronto cambia la escen a nuevamente y
con ella aparecen nuevos personajes, ya no
eran mis hermanas, sino mis amigas de colegio
de la época de secundaria continuando con la
alegría anterior, sentadas en una lancha
remábamos juntas, muy cerca unas de las
otras, tan cerca que le digo a Olague, “hay
manita, que bonita te ves, pero ya te diste un
retoque en las arruguitas”, jajajajaj ella me
responde, aunque yo no le creo “No manita
para nada, es para que veas que bonitas
somos las Olague”.
Continuando con la fiesta ya no en la lancha.
Nuevamente todos los actores de esta noche
juntos. Ahora con un nuevo juego dirigido por
Angelina mandándome a esconder detrás de
una puerta, en un lugar obscuro y con más
puertas, en donde yo tenía que estar sentada
con las piernas descubiertas y cruzadas de
derecha a izquierda, en esa posición me
deberían de encontrar. Y sí, después de un
rato, entra un joven regordete gritando que me
había encontrado “aquí esta” grita el chico “y
pago 90mil” no supe de que se trataba, pero
salgo corriendo y hay dios que risa. Entro a otra
habitación en la que una enorme cama ocupa
todo el espacio me encuentro a las
"muchachas", unas sentadas, otras recargadas
en la pared y otras recostadas en medio de ella
y yo parada. Estiro un brazo hacia el techo,
toco una regadera que está ahí, fija, es sólo un
tubito flexible que tiene una bolita de metal con
un orificio en el centro y juego con él
haciéndolo girar, no supe cuándo y por donde
abrí la llave del agua que salía por ese orificio y
que me divertía tanto ver como el agua
salpicaba, pero no mojaba a nadie. No lo podía
creer, todas reíamos sin comprenderlo sin
parar de reí. Y despierto, mi risa me despierta y
aquí estoy contándote mis sueños con una
tremenda sonrisa en mis labios y alegría en mi
ánimo para enfrentar el día nublado pero
caluroso de hoy. Y me despido hasta nueva
historia que narrar como siempre.
Por: Luzma Schulze