Travesías didácticas Nº 29 • Diciembre 2018 | Page 52
Uso y aplicaciones de TIC...
Walter Temporelli y Paola Urquiza
de comportamiento en las etapas clave del desarrollo humano. Los autores aseveran que los
acontecimientos primeros de la vida, “dan forma” al cerebro, ya que es sabido que el estrés
tóxico lo esculpe. Esta alternativa trae un renovado aprecio por la denominada sensibilidad
biológica de contexto, entendida como la arquitectura de la plasticidad neurobiológica y
fisiológica.
Tol, Song, y Jordans (2013) aseguran desde sus perspectivas, que la resiliencia implica un
proceso dinámico y complejo, impulsado por variables de tiempo y contexto interdependientes.
Los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por dichos autores, concluyen que se
necesitarán intervenciones de resiliencia adaptadas a contextos específicos, en lugar de la
aplicación de un modelo universal, y que la capacidad de recuperación implica una
combinación de fortalezas personales además de un apoyo por parte de los contextos sociales
y políticos. Coincidentemente, Rutter (2012) la define como un concepto dinámico en el que
afrontamiento exitoso puede implicar una complicada mezcla de habituación psicológica,
cambios mentales, alteraciones en la percepción y auto-eficacia, y cambios hormonales
(especialmente en el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal) además de alteraciones neuronales.
Otro de los referentes ineludibles sobre la temática -Cyrulnik (2005)-, sostiene que la
resiliencia consiste en la habilidad para tener un momento de felicidad incluso cuando existe
una herida en el alma. La magnitud de esa herida es lo de menos, en cualquier caso, lo
importante es poder atribuirle siempre un significado al trauma, al fracaso, o a la situación
indeseada. Por ejemplo: perder a los padres antes de desarrollar la resiliencia, para un niño
equivale a perder la vida, por este motivo se impone un apoyo y una ayuda sólida para
establecer un trabajo resiliente.
La capacidad de recuperación puede ser definida como reducción de la vulnerabilidad a las
experiencias de riesgo ambiental, la superación de un estrés agudo, o de la adversidad,
logrando un resultado relativamente bueno a pesar del riesgo de las experiencias negativas
(Rutter, 2006).
1.2) ¿Cómo se reconoce, mide y determina la resiliencia?
Uno de los puntos álgidos en torno al tema de la resiliencia, se centra en el cómo reconocerla,
medirla y/o determinarla.
En efecto, existen factores de riesgo que pueden definirse como eventos o condiciones de
adversidad que se asocian con la presencia de psicopatología, vergüenza desmedida,
problemas de aprendizaje, enfermedad física o desarrollo disfuncional; estos factores reducen
la resistencia ante los estresores y/o adversidad como la violencia, la disgregación familiar, la
pobreza, la pérdida de un miembro de la familia, las catástrofes naturales, u otros eventos
traumáticos. Asimismo, se identifican factores de vulnerabilidad, entendidos como rasgos,
predisposiciones genéticas o deficiencias medioambientales o biológicas que aumentan la
respuesta, sensibilidad o reacción a estresores o factores de riesgo.
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