Travesías didácticas Nº 29 • Diciembre 2018 | Page 51

Marco teórico Conforme a las problemáticas del presente trabajo, este capítulo se divide por un lado, en aspectos vinculados a la resiliencia, y por otro en aquellos familiarizados con las TIC y su uso por parte de niños que sufren estados traumáticos. 1) Aspectos vinculados a la resiliencia 1.1) Definición y características de la resiliencia El término resiliencia es heredado de la Física, deriva del latín resilio que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar. En Castellano, se emplea en metalurgia e ingeniería civil para describir la capacidad de algunos materiales de recobrar su forma original después de ser sometidos a una presión deformadora. Pese a ello, dentro del campo de la Psicología y la Psicopedagogía, la resiliencia si bien ostenta una mejora notable en la calidad de vida, no significa nunca un retorno al estado original previo a la ocurrencia del trauma, por el contrario: nada será lo mismo. El trabajo resiliente denota el retorno homeostático del sujeto a su condición anterior, entendido como crecimiento postraumático o cambio a mejor tras la experiencia traumática, en palabras de Bonano (2004) la resiliencia refleja la habilidad o capacidad para mantener un equilibrio estable durante todo el proceso de desarrollo. Más allá de la gravedad del trauma, se constata que la resiliencia opera de forma tal que se logran historias de vida exitosas, por ello muchas personas superan shocks, pruebas y rupturas, y las superan y siguen desenvolviéndose y viviendo -a menudo a un nivel superior- como si el trauma sufrido y asumido hubiera desarrollado en ellos, a veces revelado incluso, recursos latentes y aún insospechados (Manciaux, 2003). Intentando comprender más y mejor el fenómeno resiliente, desde lejano oriente nos llega una bonita metáfora a partir del denominado Kintsugi (Japonés: carpintería de oro) o Kintsukuroi (Japonés: reparación de oro): arte japonés de arreglar fracturas de la cerámica con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. Como resultado encontramos que la pieza reparada se vuelve más bella y resistente. Desde un enfoque filosófico, plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto, poniendo de manifiesto su transformación e historia (Kwan, 2012), gracias a lo cual lo débil se hace bello y fuerte. Por lo expuesto, una persona es definida como resiliente cuando viviendo, o habiendo vivido en una situación de riesgo, exclusión o traumática, es capaz de normalizar su vida, o dicho en palabras de Rutter (1993) el trabajo contra la adversidad de forma gradual y con desenlace exitoso, promueve la resiliencia. Sostenidos en el enfoque neurocientífico, Karatsoreos y McEwen (2013) se centran en el cerebro como una pieza clave en el proceso de adaptación humana, en concreto, las interacciones cerebro-cuerpo que alteran aspectos neurológicos, fisiológicos, y los sistemas 49