Travesías didácticas Nº 28 • Septiembre 2018 | Page 12
De espacios de juego y escenarios…
Mónica Lucena y Elisa Castro
para que ese espacio se complete, y qué palabras o preguntas se pondrán a disposición.
En definitiva, son las decisiones de los docentes, adultxs generadores, gestores de tiempos,
espacios y materiales, ellxs disponen y proponen, empoderan a los niñxs para que sean
capaces de transformar lo que ellos (adultxs) ofrecen.
En esta línea, y desde nuestra experiencia de estudio y capacitación podemos pensar y decir,
en principio, que hay escenarios lúdicos que son propuestos, organizados y presentados por
la docente según las características de cada grupo, como por ejemplo una peluquería, un taller
mecánico o un consultorio médico. Luego, consideramos como escenarios a los que son
construidos con y entre los niñxs, como por ejemplo una tela que separa un espacio de otro
para hacer las paredes de una casa, una tela que cubre una mesa para sugerir el refugio del
super-héroe, una tela que cubre la mesa para armar una fiesta. Estos son escenarios que
conviven en una misma sala, al mismo tiempo y donde los niñxs pueden acceder a jugar en
uno u otro de manera alternada, modificándolos si así lo consideran. Es ese lugar que se
“viste” para convertirse en el escenario donde los “como si” cobran sentido, se despliegan en
un sin fin de diálogos y acciones que construyen un guion espontáneo del juego propuesto por
los niñxs y sostenido por unx docente.
Este recorrido requiere, según nuestra posición, mencionar el lugar de la intervención es así
que tomamos del diccionario de María Moliner su definición: intervenir, vienen del latín y
significa “interviniere”, compuesto de “inter” y “veniere”. Intervenir “en” significa participar,
tomar parte, actuar junto con otrxs en cierto asunto, acción o actividad.
Asimismo, consideramos que la intervención conlleva una responsabilidad ética que está
ligada con la puesta a disposición de un lugar habitable: seguro, higiénico, cuidado, que
posibilite la construcción de sentimientos de seguridad y confianza.
Al mismo tiempo requiere una responsabilidad estética, los niñxs tienen derecho a crecer en
entornos agradables en relación con la selección de colores, imágenes, luces, sombras,
aromas, sonidos, etc. Un entorno armónico es un factor importante para la calidad de vida de
quienes habitan esos espacios, tanto adultxs como niñxs. Y aunque muchas veces los
espacios de las instituciones no han sido especialmente diseñados para la atención de niñxs
pequeños, será necesario organizarlos y optimizarlos para convertirlos en un espacio que
enseñe.
Es en este sentido que una de las intervenciones del docente es la organización general de
los espacios, ésta requiere de responsabilidades éticas y estéticas, sustentadas en los
derechos de los niñxs. Ejercer este compromiso implica ofrecer cuidados, límites, confianza,
sostén, recursos simbólicos y culturales. En esta línea, la intervención es disponer el cuerpo
y la mirada para sostener el juego, para habilitar el jugar; y un cuerpo que se dispone a jugar,
en su experticia de jugador, que no obtura, que no ocupa un lugar central, que puede aportar
desde una pregunta para poner a disposición otras posibilidades, para habilitar otros
universos, para traer a escena otros saberes para compartir.
En esta instancia, creemos importante plantear que los llamados espacios de juego tienen o
se presentan en formas diferentes al interior de la institución:
- Escenarios lúdicos, de los cuales se ha hablado anteriormente.
10