Travesías Didácticas Nº 22 • Julio / Agosto 2016 | Page 3
"Quien dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevó el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil, ya sé que pasa
No será tan simple como pensaba
Como abrir el pecho y sacar el alma
Una cuchillada del amor.
...
Cuando no haya nadie cerca o lejos
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Cuando los satélites no alcancen
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y hablo de países y de esperanza
Hablo por la vida, hablo por la nada
Hablo de cambiar esta, nuestra casa
De cambiarla por cambiarla no mas.
Quien dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón"
(Fito Páez)
Si todos ofrecemos nuestros corazones y unidos en las búsquedas y utopías nos
fortalecemos como educadores y como instituciones... tal vez podamos construir un mundo
mejor para nuestros niños.
"Por esto es tan importante reflexionar sobre nuestras propias prácticas, diferenciando las
acciones que manifiestan coherencia con nuestro encuadre de aquellas que realizamos por
inercia o facilidad. Eso implica detenernos a mirarnos y preguntarnos el por qué y el para qué
de nuestras decisiones y actitudes, definir cuáles tenemos que modificar y aceptar que a veces
necesitamos apelar a algunas no valoradas (siempre que estemos dentro del marco de lo
éticamente aceptable). Si les preguntamos a todos los docentes del mundo si es adecuado
gritarles a los alumnos y amenazarlos con castigos imposibles de cumplir, ¡responderán que NO!
1