Travesías Didácticas Nº 22 • Julio / Agosto 2016 | Page 27

El siguiente ejemplo es una muestra de lo dicho anteriormente :
“ Voy a una oficina ofuscada por lo que debía pagar , y lógicamente saco la chapita de jubilada que no puede pagar tan altos costos , concurre a mi encuentro un joven que me invita a pasar a su oficina , me ofrece asiento y tranquilamente me explica todas mis dudas , cuando concluye me pregunta : “¿ le explique bien señorita ?” Lo miro y me doy cuenta respondiendo con otra pregunta : ¿ Fuiste mi alumno ? A lo cual asiente y me dice mi maestra me enseñó a explicar tranquilo . ¡ Este joven fue mi alumno cuando tenía 4 años y me recordaba !”
¿ Cómo dialogar desde lo educativo sobre la infancia y otros temas ?
Con respecto a este interrogante , es bueno comenzar a dialogar con nuestras palabras , con las que sentimos , porque la narrativa educativa se ha transformado en un lenguaje tan técnico que a veces ni los mismos educadores pueden aplicar al momento de enfrentarse con un grupo de niños . Para ilustrar mejor , narro la experiencia vivida durante una capacitación : “ se acerca durante un receso una docente y me cuenta que dejo de estudiar en la Universidad la Carrera de Ciencias de la Educación , porque cuando llegaba a darles clase a sus alumnos de una comunidad Mapuche se daba cuenta que nada de lo que había estudiado le servía ”. Todo el tecnicismo que aprendió en su formación se agrandaba en la Universidad y se “ achicaba ” cuando se paraba frente a sus alumnos . Entonces recurría a sus modelos de aprendizaje vividos en su escuela primaria ”.
Es decir , que buscaba también en sus emociones y en sus “ marcas ” para poder enseñar a sus alumnos . Entonces comenzar a decir que es preciso enseñar a expresar lo que sentimos como docentes no es poca cosa , utilizar nuestras propias palabras para descubrir esa infancia que se nos presenta y para poder enseñarles .
Al respecto dice Carlos Skliar 2 : “ me pregunto si es posible conversar lo educativo “ con nuestras propias palabras ”, que son aquellas que nacen de las experiencias del afecto , que nacen de una relación . Entiendo también la banalidad de esta proposición , porque conversar con nuestras propias palabras produce una cierta tentación por contar desde la posición de un “ yo ” que sólo relata su vivencia . Es decir , por un lado , tengo la impresión de que esto es cierto , de que lo educativo se juega en poder conversar con nuestras propias palabras y que ellas nacen de la experiencia vincular , pero al mismo tiempo noto la debilidad , de la afirmación ; ¿ será suficiente ? ¿ Alcanza ? ¿ Será cuestión de soltar lo que nos pasa , de decir lo que nos pasa , de sentarnos en una suerte de consejo terapéutico ? No lo creo , pero al mismo tiempo no sabría cómo cambiar esta formulación .”
Respecto del diálogo o de la conversación Skliar nos aporta ideas muy interesantes cuando dice : “… una conversación también es como un permanente intento por aclarar qué queremos
2
Sola , Fané y Descangayada . “ Conversaciones sobre la escuela . Los lenguajes de la educación Conversación entre Inés Dussel y Carlos Skliar ”. Buenos Aires , 2015 . FLACSO
25