Para el niño existe un problema cuando la situación planteada no le resulta familiar, no
se ajusta a las ideas que posee; al tener que buscar posibles caminos para solucionar
el problema, cognitivamente realiza un abordaje diferente al que le exige una actividad
conocida, para la cual ya posee una respuesta.
Es conveniente aclarar que: “el problema no tiene por qué ser una pregunta
explícitamente formulada (aunque en último término, siempre sería reductible a alguna
modalidad de pregunta) sino que puede ser una situación novedosa que estimula la
curiosidad “científica”, un conjunto de datos difíciles de relacionar con conclusiones
anteriores y que, por ello, obliga a buscar mecanismos de reajuste o de
compatibilización, o un simple acontecimiento con características tales que presente
dificultades para integrarse, por los mecanismos habituales, en la experiencia
cotidiana de los alumnos”.(11)
Una situación problemática implica un proyecto de acción que incluye, distintas vías de
resolución; esto promueve entre los niños, el intercambio de opiniones para tratar de
encontrar el mejor camino para resolver el problema. Organizarse y tratar de resolverlo
presupone momentos de reflexión en los que se potencia la necesidad de escuchar a
los otros y defender con argumentos válidos las propias explicaciones.
Ante la resolución de un problema, el alumno es el principal constructor de su propio
aprendizaje, ocupando el maestro el rol de mediador y moderador del proceso. El
maestro no da las soluciones, ayuda a los alumnos a utilizar lo mejor posible los
recursos de los que disponen.
Esto facilita cruzar el puente de la dificultad entre lo que el alumno ya conoce y lo
nuevo que ha de aprenderse.
En las clases un problema puede ser utilizado como estrategia para:
• detectar conocimientos previos y/o ponerlos en conflicto,
• potenciar actitudes como la curiosidad,
• interesar al niño en el contenido a trabajar, otorgándole un sentido a la secuencia
de actividades,
• estimular el intercambio y la confrontación de ideas,
• promover resoluciones de tipo exploratorio y/o experimental,
• analizar las estrategias de resolución utilizadas,
• buscar información en diferentes fuentes,
• construir nuevos saberes,
• evaluar.
Obtener información:
(11) GARCÍA, J. Eduardo & GARCÍA, Francisco; “Aprender investigando” Colección: Investigación y enseñanza. Sevilla, Díada
Editora, 1997.
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