Travesías Didácticas Nº 18 • MARZO 2015 | Page 24

Desafiando la educación en el Jardín Maternal Lic. Laura Pitluk Hace muchos años que sabemos que el Jardín Maternal, si bien nació con un carácter asistencial por el cual se lo denominó guardería, es un ciclo educativo que forma parte del nivel inicial. Respetando este nacimiento, por su riqueza social al brindar a las madres trabajadoras la posibilidad de que sus hijos sean cuidados durante su jornada laboral, consideramos que la transformación en una institución educativa sostiene estos principios pero sustentados en un tiempo de la infancia revitalizado desde lo educativo. Los niños necesitan de espacios enriquecidos por propuestas pedagógicas que sostengan sus procesos de aprendizaje y desarrollo, que favorezcan sus posibilidades ayudándolos a ir un paso más alla y enriquezcan los tiempos infantiles revitalizando sus acciones. Las propuestas de enseñanza, en la educación de los niños de 0 a 3 años, se organizan en secuencias didácticas, también llamadas mini proyectos o itinerarios; esto se debe a la necesidad de secuenciar las actividades, en función de determinados contenidos, a fin de retomar los conocimientos que se van abordando para facilitar su apropiación. Si esto siempre es así en relación a la enseñanza y al aprendizaje, en el jardín maternal cobra una dimensión fundamental dadas las edades de los niños y la necesidad de volver en varias oportunidades al objeto de conocimiento, reiterar las acciones para ir enriqueciéndolas y volver a probar modos de explorar los diferentes materiales. Las propuestas de enseñanza en el Jardín Maternal incluyen a las propuestas secuenciadas articuladas con la resignificación de las actividades cotidianas o de crianza y las de juego espontáneo. Esto implica retomar contenidos y materiales en los momentos de higiene, sueño y alimentación a fin de imprimirles un carácter educativo. También implica intercalar las propuestas secuenciadas, con mayores intervenciones docentes a fin de abordar los contenidos previstos, con otras en las cuales el docente acompaña y sostiene (como siempre debe suceder) pero sin intervenciones directas, a fin de posibilitar las elecciones y acciones infantiles provocadas por los materiales y los intercambios con los otros. Estos tiempos educativos, bien organizados para transformarlos en tiempos necesarios y a su vez ricos, dan lugar también a los tiempos docentes para realizar acciones fundamentales, como por ejemplo escribir en los 22