Travesías Didácticas Nº 20 • Diciembre 2015 | Page 8

Los desafíos de la educación en torno... Lic. Laura Pitluk Esta igualdad se pone de manifiesto en las acciones sustanciales y las cotidianas, es decir, en las garantías educativas de base vinculadas con las concepciones, la ideología, el estilo de las propuestas y de los educadores responsables de los niños; pero también en relación a lo vinculado con los espacios, los materiales, la cantidad de niños por grupo, la cantidad de docentes a cargo de los niños, las posibilidades horarias. Esto significa alejarse de forma contundente de los espacios educativos de menor calidad para los que menos tienen, sino por el contrario garantizar a los grupos más vulnerables las mejores posibilidades. Una vez ubicados desde este lugar y en esta manera de mirar la igualdad de oportunidades que garantice óptimos procesos y resultados más allá de los contextos y los puntos de partida, podemos pensar en cuál es el estilo educativo que queremos poner en juego para nuestros niños. El mismo responde a una ideología particular que se pone de manifiesto en cada acción y en cada elección, en cada gesto, cada acto y cada propuesta que se realiza. Uno de los desafíos educativos actuales radica en encontrar propuestas que convoquen a los niños pequeños, para lo cual se hace necesario que sean atractivas, interesantes e intensas, que permitan y favorezcan el movimiento de los pequeños y sus necesidades de explorar el entorno, desplazarse por los espacios, integrarse activamente en las acciones. Otro de los desafíos se refiere a los modos de poner en juego esas propuestas, alejándonos de los estereotipos que nos llevan a realizar acciones más por inercia que por convicción, y nos dejan atrapados en modalidades pertenecientes a otras etapas en las cuales la sociedad, las familias, las escuelas y los propios niños eran muy diferentes. Por otra parte, es importante volver a pensar en el lugar de la enseñanza y los contenidos en relación a los aprendizajes de los niños pequeños; los contenidos definidos como “todo aquello que ocupa el tiempo escolar". (Berstein, 1992), como la organización escolar del conocimiento, implican un aspecto fundamental cuando consideramos que los niños deben avanzar en sus procesos de aprendizaje y desarrollo de la mano cálida de un educador (en términos amplios) preparado para tal fin y responsable de sus acciones profesionales. La valorización de los conocimientos que se abordan en la Educación Inicial, unida a la búsqueda de propuestas significativas (esas que convocan y favorecen tanto el aprendizaje como el disfrute) permite alejarnos de las acciones sin sentido (no oportunas a esta etapa de la vida), y de los tiempos muertos (esos que se suceden sin 6