Travesías Didácticas Nº 20 • Diciembre 2015 | Page 44

Descubriendo vacíos en la tarea... Prof. Stella Mary Figueroa Relato de una experiencia a modo de ejemplo ¿Cómo se generó el cambio? Rápidamente cada capacitación promovía una idea nueva, conversaciones en los recreos sobre lo que aplicaban de lo que habíamos aprendido en el curso. Fue muy bueno ver salir una maestra del aula mostrando los trabajos de su grupo luego de aplicar lo que nos habían enseñado. No hubo necesidad de analizar los roles de las maestras preceptoras que no estaban acompañando a las maestras de salas porque solas comenzaron a asistirlas no había forma de no estar con la compañera cuando proponía una actividad de Ciencias Naturales por ejemplo, porque alguien debía registrar las hipótesis de los niños mientras la maestra trabajaba con el grupo. Así aparecieron “investigaciones” tan variadas como importantes, sobre las plantas, aprendimos a buscar el elemento común: la clorofila en las plantas, las semillas en los frutos; a preguntarnos y preguntarles a los nenes ¿por qué no tengo verde en los frutos y en las raíces? A causa de esta pregunta descubrimos que el elemento común: la clorofila está en las hojas y en los tallos. ¿Qué plantas tienen azúcar y cuáles almidón? Entonces apareció la Variable: el sabor! Aprendimos que podíamos partir de un interrogante o de una afirmación. Es así que las docentes pudieron plantear a los alumnos que “los árboles son plantas” y a partir de allí investigar las características de una planta en la Biblioteca, luego juntos fueron “descubriendo” los árboles que rodeaban al jardín, sus características y cantidad, modos de cuidarlos y el uso que le damos a los árboles. Es conveniente aclarar, que cuando me refiero a “aprendimos” en realidad debería decir re aprendimos, pues estos conocimientos disciplinares lo poseíamos desde toda la trayectoria escolar de cada uno, solo había que contextualizarlos y configurarlos didácticamente. Por consecuencia de este proceso se concibió la muestra de Ciencias Naturales que era el corolario del trabajo de todo el año, se convirtió en un fenómeno generalizable porque intervenían todas las áreas, fundamentalmente el lenguaje debía fluir, no fue fácil lograr que los niños “muestren y cuenten” sus experiencias a las familias. Hubo que enfrentar varios desafíos porque además los tiempos debían ser breves para que los chicos no se agotaran y perdieran el deseo de hablar. También asistía la Profesora capacitadora que luego de observar los trabajos realizados nos daba una devolución de los aciertos y de los errores, estos eran registrados sistemáticamente. Se incursionó en todas las disciplinas. Así por ejemplo, una docente con nenes de tres años trabajó conceptos de la física; plano inclinado. Otra docente leyó una noticia sobre el problema de los mapuches con la contaminación del agua que tomaban, con sus niños de 4 años fueron a la Biblioteca a buscar los significados de: Mapuche, contaminación y petróleo, esto derivo en las pruebas que realizaron en el laboratorio con frascos de agua y diversos elementos solubles y o no solubles, entre ellos el petróleo, el azúcar, la sal. Todo era registrado por las docentes maestras preceptoras o auxiliares. Se generó entonces tal movimiento que las clases pasaron a vivirse en el laboratorio, en la biblioteca, en el patio, es decir, todo el espacio escolar era un aula y todas las disciplinas se integraban, las maestras se auto convocaban para diseñar sus planificaciones didácticas, y así las propuestas fluían, para ilustrar mejor este comentario, traigo la siguiente anécdota, una vez concluida una reunión de trabajo de las docentes, una de ellas se presentó en la dirección para proponer comenzar el año con los niños de 5 años “presentándoles las teorías posibles de la desaparición de los 42