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VECINO PIRCANO PUBLICA SU PRIMER LIBRO: "AMIGOS"
Stefan Hauser, vecino pircano, psicólogo Infantil,
publica su primer libro “Amigos” que trata sobre cómo
han cambiado las experiencias de amistad desde la
década del 80 hasta hoy.
interminables, huevos revueltos con tomate, piqueros,
paseos en bicicleta y torneos de Ping-Pong llenaron
su infancia.
Es un libro de humor e ironía. Están descritos y muy
bien ilustrados 13 tipos de amigos que uno tiene en
la actualidad. Entre ellos el mejor amigo, el separado,
el outdoor, el depre, el vegetariano, el esotérico, etc. Ha estado siempre ligado al mundo literario. Primero
por influencia de su familia materna, luego por
diferentes manifestaciones artísticas/culturales,
empujado por amigos, coyunturas político-sociales
y por elecciones personales.
Stefan Hauser Langer nació en Santiago de Chile el 18
de marzo de 1969, es nieto de inmigrantes alemanes,
hijo de madre profesora del Colegio Alemán de
Santiago, institución en la que cursó su enseñanza
básica y de padre empresario ligado al difícil mundo
agrícola. A los 16 años recibe de regalo una máquina de escribir
Olympia. Desde entonces su producción literaria
no descansa. Vive en Pirque desde hace 20 años,
es casado, padre de dos hijos, Martín y Catalina,
Psicólogo de la Corporación Municipal de Puente Alto,
consultor en temas de infancia y educación.
Su infancia transcurre en la comuna de la Reina, Lynch
Norte, entre Larrain y Simón Bolivar, uno de los lugares
en los que forjaría sus primeros y duraderos lazos de
amistad, al igual que en el balneario de las Cruces. Bordea los 50 años y por fin se atreve a entregarnos
un texto lleno de humor y de ironía, en el que refresca
y vuelve a poner en relieve el valor de la amistad.
Fue en aquellos lugares en los que rozó momentos
de plena felicidad, de risa espontánea, pichangas
El Libro ya está a la venta en todas las librerías del
país, de Arica a Punta Arenas, Librería Antártica, Feria
Chilena del Libro, Qué Leo, etc.
EXPOSICIONES EN SALA PAULA NAVARRO
“EL CIELO EN LA TIERRA, NO EL CIELO Y LA TIERRA.”
DE ELISA RAMÍREZ
El cielo en la tierra es un total de siete pinturas al óleo
de diferentes tamaños con paisajes de Bolivia. Esta
exposición no pretende ser un recorrido histórico o
disciplinar sobre este país hermano. Es más bien la
perspectiva y experiencia personal de la autora sobre
un viaje que hizo a dicho país donde se sintió atraída
por un rostro de América Latina que no conocía. “HORIZONTE” DE MAURICIO CONCHA
El horizonte, aquella línea que aparentemente separa
el cielo y la tierra, ha sido tema recurrente en las artes
visuales, particularmente desde la época escolar, cada
vez que sometemos a algún estudiante a los arbitrios
del paisaje acudimos inmediatamente a lo abstracto
de su representación haciendo tangible su presencia
en la visualidad, sin embargo creo que el horizonte
es más que eso.
El cielo en la tierra es la principal idea que se quiere
transmitir sobre su viaje a un lugar donde todo puede
ser posible, la magia, lo antiguo, la conexión con la
tierra. En Bolivia las mujeres llamadas cholas llevan en
sus ropas la historia del colonialismo, en el transporte
público se escucha Quechua y al blanco se lo sigue
mirando desde abajo, pero no con sumisión, más
bien con desprecio. Un lugar donde lo indio no se ha
blanqueado a pesar de los intentos de Occidente. La
identidad de lucha y resistencia se respira en las calles
del Alto y La Paz, así como lo viejo y misterioso se vive
en la ruralidad, sobre caminos que recorrían los incas
y bajo las minas, donde los hombres más pequeños
son los más valientes. El cielo está más cerca de la
tierra, las personas se funde en su paisaje, se hacen
parte de su silencio, se siente una conexión con lo
original del mundo Inca que no se quiere interrumpir. Una de las opciones que se me ocurre más allá de
la sola línea que separa el cielo de la tierra, o mejor
dicho del “límite” entre el cielo y la tierra, si lo viésemos
desde esa perspectiva, no estaríamos todos los seres
humanos sobre la línea del horizonte?, no sería acaso
la línea del horizonte el límite entre lo celestial y lo
terrenal, entre la realidad y la imaginación, entre las
eternas dualidades dialécticas, entre lo apolíneo y
dionisiaco del que hablaba Hauser y Niethche, entre
lo corpóreo y lo etéreo. Dicho de esa manera, este
límite no es más que un convencionalismo del paisaje,
por cuanto todo es en su mismidad paisaje, dado
los limites que las cosas suponen en su expresión
como sujeto frente a lo que no es sujeto y de este
con el objeto.
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