"LA EDUCACIÓN
ENCIERRA UN TESORO"
Vivimos tiempos de incertidumbre, qué duda cabe. Lo que ha puesto en tensión
el quehacer de muchas instituciones sociales que nos proporcionaban anclaje
y sentido de pertenencia. La educación es una de esas instituciones y, más
específicamente, los colegios, sus comunidades educativas y su cultura escolar.
Durante todo este tiempo de confinamiento obligatorio en que no hemos podido
reencontrarnos presencialmente cara a cara, como Colegio Virginia Subercaseaux
hemos tenido que aprender todos y todas a relacionarnos de manera
diferente y por medios diversos. La sala de clases se hizo virtual, la dimensión
socioemocional del proceso educativo tomó especial relevancia, la evaluación
pedagógica asumió un rol formativo protagónico, dejando tras sí una larga
tradición como calificación, y la “excelencia académica” dio paso a la noción de
desarrollo integral y compromiso educativos. En suma, lo que hemos vivido en el
ámbito educativo ha sido un fuerte cuestionamiento al modo de hacer educación
y a la forma de concebir a la comunidad escolar como algo estático, como la
mera demandante de un servicio. Estos tiempos de incertidumbre han puesto a
prueba cuán preparada estaba nuestra comunidad educativa para asumir nuevos
desafíos y visualizar oportunidades donde sólo se veían amenazas.
Nuestros equipos docentes debieron reorganizarse para accionar en el nuevo
escenario sin perder lo más importante del proceso educativo: el vínculo afectivo
y la comunicación. Han sido tiempos de intenso aprendizaje para niños, niñas
y jóvenes, sus profesores y profesoras… también para las familias. Nos hemos
debido adaptar a las nuevas circunstancias y cambiar nuestras rutinas y formas
de enseñar y de aprender. En nuestro Colegio Virginia Subercaseaux, las
capacidades de flexibilidad y resiliencia, la eficacia colectiva docente y el
compromiso de las familias, han jugado un rol protagónico y de indiscutida
relevancia en este proceso de adaptación y cambio. Nada de ello podría
haber sido posibles si no transitáramos por el camino de la coherencia entre
el discurso y práctica pedagógica. Las comunidades que mejor han sorteado
estos imponderables han sido aquellas cohesionadas por un sueño compartido
y habilitadas con prácticas pedagógicas colaborativas, sustentables y con
sentimientos genuinamente de bien común.
Parafraseando las palabras de Jacques Delors -en La educación encierra un
tesoro-, nuestros niños y jóvenes han aprendido a hacer, han aprendido a
aprender, han aprendido a convivir y han aprendido a ser durante todos estos
meses, a la distancia y remotamente, con los tiempos que cada fruto requiere para
su maduración, porque como comunidad hemos aprendido que la educación
encierra un verdadero tesoro y no importará dónde estemos físicamente si
estamos conectados genuinamente desde los afectos.
Roberto Miranda Orellana
Director Colegio Virginia Subercaseaux · Fundación Origen
ADMISIÓN 2O21
www.colegiovirginiasubercaseaux.cl
[email protected]
Virginia Subercaseaux 2690, Pirque
22 849 5869 · +569 6 157 9182
AGOSTO 2020
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