pación de un territorio y la formación de co-
lecciones. La identidad pone en escena las
fiestas y las dramatizaciones de los rituales
cotidianos, los ritos no son representados
como conflictos sino más bien neutralizan
la heterogeneidad, solamente se cumple sin
discusión, sirviendo para generar productos
en las clases populares representativos de la
historia local (García, 2001).
Algunos cientistas sociales, refiriéndose al
istmo centroamericano, expresan que este
espacio territorial es particularmente frag-
mentado en varios aspectos, entre ellos
Carlos Granados Chaverri, (Granados, 1985)
quien expone que Centroamérica posee do-
ble definición istmo y puente desde sus raíces
históricas: puente de las culturas del norte y
del sur de América y a la vez istmo por ser
una extensión donde difícilmente se encuen-
tran los límites o fronteras culturales, cono-
cida actualmente como zona intermedia. Es
un territorio completamente heterogéneo en
su formación social, la crisis del liberalismo,
los lazos comerciales, las relaciones econó-
micas, las situaciones políticas y culturales,
incluso existen diferencias de lenguas en un
espacio geográfico pequeño; pero los países
centroamericanos comparten tres compo-
nentes culturales: la mayoría de la población
es mestiza-ladina, tienen población indígena
y existe población afrocaribeña.
Alain Musset expresa que Centroamérica es
un espacio arraigado en la mentalidad de los
pobladores que heredaron el territorio, pero
no una población homogénea. Centroamérica
es un concepto variable debido a los fraca-
sos de unión, y confirma que son demasia-
do parecidos para aceptar unirse, ya que
luchan internamente por mantener su propia
identidad. (Musset, 1997) Según estas con-
sideraciones, existen en Centroamérica más
similitudes culturales que sociales, políticas
y económicas, lo que propone que las ma-
nifestaciones culturales identitarias de cada
país serán difíciles de asemejar, sin embar-
go, a través de la danza folklórica o tradicio-
nal se puede lograr encontrar características
propias de cada nación, partiendo de las si-
militudes como tal, también se encontrarán
las diferencias, las cuales se expondrán bre-
vemente en los ejemplos siguientes.
El mestizaje generó características pecu-
liares en los bailes que se conocen en toda
Latinoamérica, especialmente en la región
centroamericana. Es así, como en la materia
de la danza los diferentes bailes que se eje-
cutan con pasos y movimientos representati-
vos de Centroamérica son una mezcla de las
herencias europeas y los sones y movimien-
tos autóctonos, como los zapateados que
forman parte de los pasos heredados por los
europeos, al igual que las polcas, vals, mi-
nués y que se entrelazan con pasos ances-
trales y rituales que dan origen al son chapín
guatemalteco (ritmo interpretado con marim-
bas, puede incluir instrumentos de cuerda) al
Xuc o Suc salvadoreño de Cojutepeque (la
palabra Xuc proviene de un instrumento de
viento salvadoreño conocido como «juco» )
paso que se realiza con el empeine del pie
en un ritmo ternario, del mismo modo que
el Xique o Sique hondureño (es el baile o
ritmo nacional por excelencia; es una pala-
bra que se deriva de la voz onomatopéyica
xique, que es el ruido que producen los cai-
tes de los bailarines al rozar con el piso. Su
compás es ternario, un tiempo fuerte y dos
débiles) que posee las variantes zapateado,
punteado o en empeine, cruzado y rasga-
do, también el zapateado o taconeado tico,
el tambito y el punto guanacasteco (ritmos
característicos de Costa Rica) o los pasos
al son de marimba nicaragüense (ritmo del
pacífico nicaragüense, que tiene mayor auge
y reconocimiento en Masaya). Todos estos
pasos mencionados son similares, pero con
ejecución de movimientos peculiares impri-
miendo características que los diferencian
uno del otro, como en la rapidez al ejecutar
cada paso o diferenciaciones en los compa-
ses y sus tiempos.
En la mayoría de las piezas folklóricas inter-
pretadas en la región centroamericana se
comparten ritmos y sones que incluso llevan
el mismo nombre, tal es el caso de: «El to-
rito» o «Torito pinto», canción y danza po-
pular centroamericana que se continúa bai-
lando en Guatemala, Honduras, El Salvador,
Nicaragua y Costa Rica compartiendo el
contexto de mestizaje e influencia europea,
sobre todo de raíces españolas. «El torito»
consiste en la recreación jocosa de las torea-
das y toro-fuegos en las ferias patronales de
los pueblos o las peripecias de las grandes
haciendas ganaderas. A pesar de compartir
el contexto y el nombre de la pieza, en cada
país donde se continúa interpretando esta
danza canción, se han detectado varias di-
ferencias rítmicas, de movimientos o pasos,
utilización de vestuarios o atuendos espe-