Revista SICES Primer Edición | Page 24

se debe considerar la identificación, recu- peración y agrupación de objetos y colec- ciones, así como la documentación de los bienes culturales: estudios, conservación, difusión, exposición pública e interpretación o explicación. Una de las conclusiones importantes dentro de este estudio es que 181 municipios no cuentan con su inventario, eso representa el 60.73 % del total de municipios de Honduras, por lo cual recomiendan «realizar pre inven- tarios en estos municipios con el fin de cono- cer si […] existe patrimonio edificado y cuan- tificar la cantidad de inmuebles que restan por inventariar a nivel nacional». (p. 3) Con respecto al patrimonio inmaterial, du- rante el 2001, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia coordinó la elabora- ción del primer censo cultural, identificando «más de tres mil (3000) bienes culturales en los dieciocho (18) departamentos del país, alrededor de 400 manifestaciones culturales indígenas y garífunas, 900 manifestaciones vernáculas y 196 manifestaciones culturales contemporáneas». (Mejía, 2004, p. 12) Otro importante registro del patrimonio in- tangible se desarrolló en el 2004: Honduras y el universo de su patrimonio intangible, auspiciado por la Comisión Hondureña de Cooperación con la UNESCO. En este ma- terial que se publicó en versión digital (disco compacto), existe una investigación de los 18 departamentos de Honduras, donde se recopiló información sobre fiestas, tradicio- nes, bailes, comidas y toda la gama de ele- mentos que integran el patrimonio inmaterial. Aunque la UNESCO fue el principal mecenas de este proyecto, el levantamiento no se de- sarrolló a través de fichas de inventario, fue más bien de identificación de elementos. En años recientes, la UNESCO ha integrado a Honduras en sus programas de información para la adecuada aplicación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial PCI 2003, como una manera de incentivar el desarrollo de planes de salva- guarda, el registro o inventario y el aprove- chamiento de los programas de ayuda finan- ciera que la UNESCO contempla entre y para los Estados signatarios de dicha Convención. En consecuencia, en el año 2013, al cumplir- se el décimo aniversario de la Convención PCI 2003, este organismo de la ONU impar- tió tres talleres para la implementación efecti- va de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, en Honduras, El Salvador y Nicaragua. Honduras, al ser signatario de esta Convención, tiene la responsabilidad de cumplir lo que establece la Convención para Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en el inciso III: «Para asegurar la identificación con fines de salvaguardia, cada Estado Parte confeccionará con arreglo a su propia situación uno o varios inventarios del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio. Dichos inventarios se actualiza- rán regularmente». (UNESCO, 2012, p. 9) Sin embargo, no se han dado pasos firmes encaminados al registro o inventario formal del patrimonio cultural inmaterial. El patrimo- nio inmaterial, por ser un elemento que está en la memoria colectiva de las personas que lo recrean y reproducen, es más vulnerable de extinguirse si no se salvaguarda adecua- damente. Sin duda, existen iniciativas que se convierten en esfuerzos significativos, sin embargo, no constituyen programas siste- máticos de registro del patrimonio inmaterial. Honduras no cuenta con un programa de inventario de patrimonio cultural inmaterial como sí lo ha hecho con el patrimonio cultu- ral inmueble de manera semipermanente a partir de la década de 1990. El registro de bienes culturales debe ser in- tegral, lo que le da valor a los monumentos, edificios, parques, iglesias, es el significado y los simbolismos que encierran estos espa- cios para las personas, como escenario de sus fiestas, tradiciones, y estas expresiones a su vez, no pueden tener significancia sin su naturaleza material y tangible. Ambas ca- tegorías patrimoniales dependen la una de la otra para su preservación. El patrimonio cultural y la gestión difusora El Patrimonio cultural de Honduras es enten- dido como el conjunto de objetos, lugares y tra- diciones que son la expresión de una cultura y que son importantes porque reflejan la forma en que una sociedad se organiza y se relaciona consigo mis- ma y su entorno natural en un momen-