Mariela Eduvigis Jiménez Campos. Hermeneusis Ontológica del Estudiante Universitario.
Revista Scientific. - Ensayo Arbitrado - Registro nº: 295-14548 - pp. BA2016000002 - Vol. 2, Nº 5 – Agosto-Octubre 2017 - pág. 377/395
ISSN: 2542-2987 - ISNI: 0000 0004 6045 0361
que aportan al individuo características únicas para existir e interactuar en los
diversos contextos.
Son precisamente las vivencias pasadas de cada realidad personal y
grupal, las que representan la historia que, como ejercicio hermenéutico
ideográfico, Heidegger (op.cit.), explica como un acontecer pasado que en el
presente es el punto de referencia para la interpretación del mismo. Así. se
propone la historiografía, que se inscribe en el dominio del pensamiento como
representación de las vivencias, de acuerdo con la comprensión de cada
estudiante de su propia realidad en el ámbito universitario a partir de sus
experiencias previas.
Asimismo, el estudiante universitario es por naturaleza un ente biopsico-social,
esto implica que por un lado, es un ser biológico que posee una
parte objetiva y material: genes, células, órganos, sistemas, sangre, entre
otros. Por otro lado, está presente el factor psicológico (parte intangible e
inmaterial), determinado por los pensamientos, sentimientos, instintos, el
comportamiento y las emociones. De este modo, el estudiante, como ser
humano, tiene conciencia, estructuración de pensamiento y valor ético de sus
actos personales íntimos y como ser biológico y social, desarrolla actos
gregarios, a partir de los cuales busca a otros de la misma especie dentro de
su entorno para convivir.
Visto de esta manera, el estudiante universitario como ser bio-psicosocial
es un sistema abierto, dinamizado de adentro hacia afuera, es decir,
desde lo individual, interactúa en un entorno de relaciones sociales de forma
recíproca, de un ser que vive sus propias experiencias a partir de la
interacciones internas y externas complejas.
En este contexto de complejidad dinámica e incierta de la realidad
estudiantil, Morín (2000) señala que “la hominización desemboca en un nuevo
comienzo. El homínido se humaniza. Desde allí, el concepto de hombre tiene
un doble principio: un principio biofísico y uno psico-socio-cultural, ambos
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