Revista Scientific Volumen 2 / Nº 4 - Mayo-Julio 2017 | Page 88

El proceso de globalización ha facilitado a los venezolanos el acceso a grandes volúmenes de información, sobre todo con el advenimiento de las tecnologías y su penetración en múltiples aspectos de la vida cotidiana, como la salud, el comercio, las finanzas, el hogar, la escuela y la cultura, situación está que ha requerido de formación y transformación de las instituciones para lograr que el país no se quede inerte ante los avances mundiales. Fernández y otros (2005: 25) señalan que “el inicio de un nuevo siglo, caracterizado por la era de la información y globalización, favorece el intercambio cultural, pero también se invaden espacios vertiginosamente”, por lo que debemos estar atentos y preparados para saber manejarlo y más aún aprovecharlo, en este sentido Montiel (2012: 19), plantea que la arremetida de la industria cultural globalizadora impone líderes modélicos reñidos con nuestra tradición y promueve géneros artísticos exógenos, que no nos representan; los medios de comunicación y las TIC pueden ser el vehículo importante que promueva el reforzamiento de valores culturales […] sin identidad regional no hay sentido de pertenencia. No hay sentido de arraigo a la nación venezolana. Situaciones como estas vienen amenazando desde hace años, pues ya para 1951 Don Mario Briceño Iragorry en su obra Mensaje sin Destino atribuía a la falta de sentido histórico de los pueblos gran parte de la crisis del país, por no estar preparados para entender “la historia como sentido de continuidad y de permanencia creadora” Monte Ávila editores (1980, pág. 46), este planteamiento lo hace reconociendo en su tiempo al igual que lo hacemos hoy día la importancia del avance en términos de industria y comercio y de saber de la existencia de otras culturas. No obstante, trata especialmente la necesidad de buscar de esos valores legítimos, que hoy entendemos como identidad nacional y que están 87 Artículo 1. Introducción