En este sentido el reto seria tomar a la naturaleza como modelo para el
diseño de la nueva economía mundial acorde con las demandas del
ecosistema más que del mercado.
Hay suficiente evidencia acumulada que muestra que la economía
global está siendo lentamente socavada en varias de sus aristas, si queremos
continuar con una economía en progreso, no nos queda otro remedio que, de
manera sistemática, reestructurar la economía mundial con el fin de que sea
ambientalmente sostenible. Esto es una tarea monumental, titánica,
majestuosa, es una labor sin precedentes ya que se han realizado muchas
transformaciones económicas pero ninguna basada en los principios de la
ecología, sobre todo con las proyecciones esperadas del crecimiento
económico.
Así para que podamos ver a la eco-economía como un paradigma
emergente, se requiere de un cambio sistémico de las señales de mercado
acordes con los principios de sostenibilidad ecológica. La reestructuración de
la economía, debe pasar por tres aspectos fundamentales, energía, materiales
y alimentos; estos aspectos se convierten en las categorías emergentes del
nuevo paradigma que llamaremos, “verderización” de la economía; en el caso
de la energía pasar de los combustibles fósiles, del carbón y el gas natural, a
los aerogeneradores, a las celdas solares y a la geotérmica no es fácil de
imaginar. En el caso de los materiales la cosa es distinta ya que, a groso modo,
hay que pasar linealmente de la industria de extracción de minerales o de la
tala de un bosque, a la industria del reciclaje emulando, como mencionamos
anteriormente, a la naturaleza donde nada se desperdicia. En el caso de los
alimentos, los grandes cambios no son en su estructura, pero si en el modelo
de gestión del sector.
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Ensayo Arbitrado
diferentes ritmos naturales y, con ello, la distinción entre
recursos naturales renovables y no renovables. (pág. 137).