2.1. Formación docente
Según Orozco y otros (2002: 14) “La formación docente significa
construir un hombre a partir de su praxis social, de conocer su mundo y
conocerse para interaccionar con su realidad y transformarla”. En este sentido,
los autores asumen una posición filosófica y teórica, con sus implicaciones en
la práctica concreta, traducida en la formación y transformación de docentes
para que se conviertan en agentes del cambio en el aspecto de la relación con
el contexto, así como también en su concepción pedagógica, didáctica,
gerencial y evaluativa.
En efecto, el docente al incorporarse a las actividades educativas, el
mismo desempeña un rol de vital importancia en la vida escolar, por cuanto es
considerado como el responsable de la docencia, donde se conjuga una
multiciplicidad de funciones aunado a una gran variedad de arista de orden
social, institucional, gremial e incluso político, ya que todas las actividades
tanto académicas como pedagógicas dependen de las políticas emanadas del
Ministerio del Poder popular para la Educación. En este sentido, la esencia de
la investigación versa en la realización de conversatorios, discusiones y
disertaciones donde se persigue una constante formación inherente a los
docentes del NER 196, para de esta manera generar una transformación
basada en sus múltiples facetas en cuanto a las actividades intra y extra
escolares se refiere.
Por otra parte, no se deben obviar las teorías pedagógicas a través de
dicha formación, sustentadas en un modelo de acción y formación del hombre,
dirigido a una forma de producción del conocimiento, a la explicación de la
realidad docente y de la problemática educativa. Orozco (2002: 2), señala que
“La formación docente es un proceso permanente, que acompaña todo el
desarrollo de la vida profesional”, la misma se divide en formación docente
inicial y continua.
323
Artículo Arbitrado
2. Sustento teórico