la satisfacción de las necesidades para las generaciones futuras. No obstante,
hay que hacer notar que las alteraciones ambientales, manifestadas antes del
advenimiento de la revolución industrial, el crecimiento exponencial de la
población, y el acelerado proceso de urbanización que desarrolla el género
humano, la naturaleza tenía la capacidad de autorregularse, sin embargo, hoy
día podemos expresar la posibilidad de provocar una ruptura ambiental sin
precedente.
De lo anteriormente se deduce, que los huertos escolares en la
actualidad son una excelente estrategia para convertir los centros educativos
en lugares que posibiliten a los estudiantes, múltiples experiencias acerca de
su entorno así como colocar en práctica hábitos y valores de responsabilidad,
siendo una herramienta que no solo genere entusiasmo entre los docentes y
estudiantes sino que además permita complementar la oferta educativa
brindando propuestas y actividades que sean de gran interés para ampliar el
trabajo y profundizar los contenidos. Al respecto, Trujillo (2000) expresa:
Un huerto puede crearse en cualquier espacio, bien sea en una
terraza, parcela de tierra, un balcón, macetero de grandes
dimensiones y profundidad. Se deben construir en lugares altos
para poder vigilarlos con facilidad y prestarles los cuidados
necesarios, la orientación que se le debe dar es siguiendo la
orientación del curso del sol, es decir, de este a oeste evitando
de esta manera la acción de los rayos solares durante todo el
día (pág. 20).
Entonces, es una reciprocidad entre el docente que posee los saberes
y la experiencia para orientar el aprendizaje y un grupo estudiantes quienes a
través de sus estudios incorporan progresivamente esos conocimientos a su
ámbito de competencia y en ese tránsito van conformando su aprendizaje y
propician el ambiente y los recursos para construir, desafiar, revisar y
reestructurar los conocimientos nuevos.
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Artículo Arbitrado
destruyendo los recursos naturales los cuales son la base donde se produce