vinculación con la demanda de las asignaturas y el componente investigativo,
en función a los sujetos, casos, situaciones y problemas educativos reales que
existen en las instituciones educativas.
Entre los principios orientadores de la práctica se tienen los siguientes:
aprender haciendo, priorizar los contenidos (esencializar el currículo);
considerar las metodologías aprendizajes como: lesson study, aula invertida,
estudios de casos, problemas o proyectos; integrar los contextos reales y
virtuales para responder a la demanda de la educación en la era digital,
destinando el contexto presencia de aprendizaje a resolver dudas, inquietudes,
problemas, diseño y ejecución de proyectos; fomentar un clima de confianza y
cooperación donde todos aprenden; y potenciar la interculturalidad como
fuente de diálogo abierto y constructivo.
Así también, el modelo pedagógico de la UNAE, deriva en una
estructura curricular concebida principalmente desde, en y para la práctica,
destinando el 40% del currículo de formación al desarrollo de actividades
prácticas en conjunto con el componente teórico y virtual provoca una
dinámica integradora de conocimientos para privilegiar la reconstrucción del
pensamiento práctico de los futuros docentes a partir de las experiencias
significativas, evidenciándose la relevancia que tiene para la formación inicial
del docente las experiencias de aprendizaje en situaciones educativas reales,
requiriendo la integración de la teoría y la práctica. (Comisión Gestora, 2015)
La teoría como componente curricular del referido modelo permite
comprender, cuestionar y diseñar la práctica, sobre la base de espacios de
plataformas virtuales, para conformar el 60 % restante del currículo. La teoría
un espacio de estudio, reflexión, debate e indagación sobre la práctica antes,
durante y después de la participación del estudiante en procesos de
observación, diagnóstico, análisis, reflexiones, diálogos, valoraciones y
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Artículo Arbitrado
(Comisión Gestora, 2015). También, su enfoque integrador responde a la