pragmáticos de cada práctica social. Es escaso el conocimiento que facilita
identificar la práctica social en la que se ubican los textos, ni tampoco las reglas
que los estructuran. Asimismo, hay poca consciencia de que escribir involucra
valores para ambos interlocutores porque es una actividad que se inserta en
un entorno sociocultural (Flower y Hayes, 1987).
Para concluir también es importante precisar que estos resultados
coinciden con los de Atienza y López (1994) cuando señalan que, al analizar
los aspectos contextuales del discurso académico, existen dificultades para
escoger la información y organizarla, hay falta de adecuación de los tópicos y
no se tiene en cuenta al interlocutor. En el mismo sentido, corroboran los
hallazgos de Flower (1987) al precisar la dificultad de los universitarios para
desarrollar sus escritos teniendo en cuenta la perspectiva del lector.
6. Conclusiones
•
Aunque el estudiante al escribir requiere “recordar la ortografía de miles
de palabras, tiene que distinguir las sutiles normas de puntuación, es
necesario que conozca la estructura, los registros y las formas de la
cohesión de los textos que quiere escribir” (Cassany, 1999, pág. 65).
Las dificultades encontradas en la muestra indican un uso muy precario
de competencias lingüísticas básicas, consolidadas ya en el nivel
universitario. Esto evidenció una evaluación de regular y mal en el
manejo de las dimensiones semántica y pragmática.
•
Con respecto a las dificultades referidas a la dimensión semántica
(cuatro (4) rasgos se evaluaron como Regulares y dos (2) rasgos se
consideraron Mal (para este artículo se presentaron sólo 3 rasgos) los
de mayor relevancia. Esas insuficiencias se relacionan con la
generación de textos en los que las ideas secundarias no logran aportar
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Artículo Arbitrado
importantes barreras para construir discursos ajustados a los requerimientos