Revista Scientific Volumen 2 / Nº 3 - Febrero-Abril 2017 | Page 44

pragmáticos de cada práctica social. Es escaso el conocimiento que facilita identificar la práctica social en la que se ubican los textos, ni tampoco las reglas que los estructuran. Asimismo, hay poca consciencia de que escribir involucra valores para ambos interlocutores porque es una actividad que se inserta en un entorno sociocultural (Flower y Hayes, 1987). Para concluir también es importante precisar que estos resultados coinciden con los de Atienza y López (1994) cuando señalan que, al analizar los aspectos contextuales del discurso académico, existen dificultades para escoger la información y organizarla, hay falta de adecuación de los tópicos y no se tiene en cuenta al interlocutor. En el mismo sentido, corroboran los hallazgos de Flower (1987) al precisar la dificultad de los universitarios para desarrollar sus escritos teniendo en cuenta la perspectiva del lector. 6. Conclusiones • Aunque el estudiante al escribir requiere “recordar la ortografía de miles de palabras, tiene que distinguir las sutiles normas de puntuación, es necesario que conozca la estructura, los registros y las formas de la cohesión de los textos que quiere escribir” (Cassany, 1999, pág. 65). Las dificultades encontradas en la muestra indican un uso muy precario de competencias lingüísticas básicas, consolidadas ya en el nivel universitario. Esto evidenció una evaluación de regular y mal en el manejo de las dimensiones semántica y pragmática. • Con respecto a las dificultades referidas a la dimensión semántica (cuatro (4) rasgos se evaluaron como Regulares y dos (2) rasgos se consideraron Mal (para este artículo se presentaron sólo 3 rasgos) los de mayor relevancia. Esas insuficiencias se relacionan con la generación de textos en los que las ideas secundarias no logran aportar 44 Artículo Arbitrado importantes barreras para construir discursos ajustados a los requerimientos